Las cerca de 150 familias que habitan en el corregimiento de Banco de Arena se beneficiaron con la entrega de 188 libros de diferentes géneros literarios, nuevos y usados, que son parte de la primera minibiblioteca de la zona rural de Cúcuta.
En dicho corregimiento, que lastimosamente se ha caracterizado por hechos de violencia, se recibieron con agrado las obras literarias que están a disposición de los amantes de la lectura y quienes deseen sumergirse en ‘el mundo de las letras’.
Esta obra de la Secretaría de Cultura, la Red Municipal de Lectura y la Corporación Cultural Biblioteca Julio Pérez Ferrero cuenta también con espacios de lectura y para actividades lúdicas, diseñadas para enamorar a los niños y niñas de los libros.
El lugar fue entregado a la comunidad el pasado jueves y tendrá un horario de lunes a viernes desde la 1:00 p.m. y hasta las 4:00 p.m. atendido por una promotora de lectura. También se prestarán los libros para que las personas puedan leerlos en sus viviendas.
“Allí los niños y niñas tienen la oportunidad de acercarse y enamorarse de la literatura como potente herramienta de cambio social. Es el primer corregimiento de la zona rural de Cúcuta que cuenta con una biblioteca estacionaria”, indicó en un comunicado la Alcaldía.
Maira Torres, promotora de lectura de esa minibiblioteca, indicó que las actividades lúdicas que se han gestionado en el poco tiempo de trabajo han sido basadas en el cuidado al medioambiente y a la cultura ciudadana y que los niños entiendan la importancia de estos dos temas en la vida diaria.
Un apoyo comunitario
“Con esta estrategia le seguimos apostando a que nuestros niños y todos los posibles interesados en la literatura, se acerquen a las bibliotecas, a que se vuelva a practicar este importante ejercicio de cultura y aprendizaje que se ha ido apagando con el tiempo”, destacó Jairo Yáñez, alcalde de Cúcuta.
La secretaria de Cultura de Cúcuta Olga Patricia Omaña indicó que con esa biblioteca se podrá generar un escenario de cambio social, en el que haya “un refugio para todo aquel que desee escapar de las dificultades de la zona rural, pero, a su vez, también será un espejo que invite a la reflexión y al sentido crítico”, añadió.
Apoyo a los docentes
Diana Gélvez, docente de la zona, dijo estar contenta porque los niños tendrán un espacio para leer y divertirse mientras aprenden. “Es bueno porque allí pueden consultar sus tareas, inculcar el gusto por la lectura. Facilita la tarea de enseñar”, indicó ella.
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