En Cúcuta, además de las dos principales infracciones en las que incurren los usuarios de las vías, no tener Seguro contra accidentes de tránsito ni revisión técnico-mecánica, algo que empezó a preocupar seriamente a las autoridades, por aquello de estar en serio riesgo la vida, es sacarle el quite a la luz roja del semáforo.
Esta infracción pareciera no revestir peligro alguno para conductores de carro, motocicleta, e inclusive de cicla, porque todos “se comen por igual el semáforo, sin importar que esté en luz roja, naranja o verde, eso es lo de menos”, dice la abogada Adelaida Nieto, quien asiste a un cliente suyo que el pasado mes de abril resultó atropellado por un carro cuyo conductor omitió la luz roja del semáforo.
Nada explica este comportamiento irregular de los conductores de Cúcuta, dice la profesional del Derecho, tras considerar que se volvió costumbre para ellos incurrir en esta letal infracción.
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Periodistas de La Opinión hicieron ayer en la mañana un recorrido por las vías del centro de Cúcuta y fueron testigos del descaro de motociclistas, buseteros, taxistas y conductores particulares en su omisión de parar cuando el semáforo está en luz roja. Muy pocos conductores dan cumplimiento a la norma de detener su marcha.
Algo que preocupa es que los infractores se atreven a pasarse el semáforo en rojo cuando no ven presencia de policías de tránsito, lo cual ocurre en todas las vías de la ciudad donde están ubicados estos equipos reguladores del tráfico automotor.
Para Germán Cáceres, vendedor de SOAT, de esta situación lo que preocupa en gran manera es que muchos conductores de motocicleta, que son los que más burlan el semáforo, tampoco cuentan con seguro de accidente, lo que aumenta el peligro porque ya no es solo la vida de ellos la que corre peligro sino la de terceros, porque están desprotegidos en caso de un siniestro vial.
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Cáceres recomendó que como no hay un policía para cada conductor infractor, lo más práctico sería que la alcaldía, acudiendo a la concesión de tránsito que está vigente, instale más semáforos con cámaras de fotodetección para sancionar a los que burlen la luz roja. “No hay otra solución a la mano, porque de lo contrario seguiremos contando muertos en las vías”.
Por qué se violan las normas
La Opinión consultó al sociólogo Gerardo Merlano sobre el comportamiento irregular de los usuarios de las vías de Cúcuta, y el profesional manifestó que obedece a patrones o conductas repetitivas que a lo largo de los años se han establecido como costumbre. A la gente le parece normal infringir la norma que le dice que cuando el semáforo está en luz roja debe parar. No lo hace porque observa que todos burlan esa luz”.
Este patrón cultural se repite en otros espacios, como por ejemplo el parquear en cualquier sitio de la ciudad. “Si otros pueden parquear sobre el andén, yo también puedo hacerlo, y esto se da porque tampoco existe una política pública que influya en este comportamiento y lo cambie”, dice Merlano.
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Por eso –dice- una solución inmediata es la política pública, a largo plazo, transmitiendo pautas de comportamiento que promuevan valores colectivos y más leyes adaptadas a la realidad, y para ello se requieren campañas de cultura ciudadana agresivas, “pero también autoridad y sanciones”.
La Opinión buscó al secretario de Tránsito de Cúcuta, Joan José Botello, para preguntarle por qué su despacho no ha emprendido medidas ni campañas para frenar el mal comportamiento de los conductores con los semáforos, pero al cierre de esta edición no se pronunció.