A punto de explotar se declararon ayer los vecinos de la Avenida Kennedy, sector Atalaya I Etapa, porque la alcaldía  los ha mantenido desde hace 15 meses  ‘atrapados, tragando polvo y bloqueados’ por culpa de los trabajos de pavimentación y renovación urbana que se programaron en esta vía.

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El malestar es generalizado: la obra se inició el 15 de marzo de 2022 y estaba programada para 10 meses, los mismos que fueron insuficientes por lo que fue necesario alargar el plazo cuatro meses más para que la entrega de la obra se produjera el 3 de junio, hecho que no ocurrió.

Este contrato, hace parte del proyecto ‘Una estrategia de todos - Ruta de Concreto’ y tuvo un costo total de 9.054 millones de pesos. 

El caso es que los que están sufriendo las consecuencias del atraso son los vecinos que viven y tienen sus negocios a lo largo de la avenida Kennedy, que cubre los barrios Palmeras Parte Baja, Atalaya -sector I Etapa- y Cúcuta 75.

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Algo que exacerbó los ánimos de los vecinos fue que el viernes de la semana pasada, en un video que fue repartido por la Alcaldía, el secretario de Infraestructura, Jorge Iván Rodríguez, indicó que se estaba revisando con el contratista y la interventoría los detalles pertinentes al reinició de la terminación de la obra, y que el lunes cinco de junio arrancaban los trabajos, hecho que tampoco ocurrió.

Ayer, incluso, La Opinión recorrió la vía y no se observó presencia de maquinaria ni de obreros, pero si se escucharon los reparos de los vecinos que le pedían más respeto al alcalde Jairo Yáñez y más responsabilidad con las obras que puso en marcha hace quince meses.

La semana pasada vinieron  y nos dieron otra vez caramelo. Nos dijeron que las obras se reiniciaban y nos pusimos contentos, pero todo fue un sofisma de distracción para seguir engañándonos, dijo Orlando Barroso, vecino de Atalaya Primera Etapa.

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En la espera para ver terminada la obra sucedió lo impensable: hace 16 días, un joven que se desplazaba con su novia en motocicleta se estrelló en plena avenida sin pavimentar y días después falleció por las múltiples heridas que recibió en su cabeza. La mujer presentó también fracturas y no se recupera aún, revelaron vecinos de la avenida Kennedy.

Los vecinos del lugar afirmaron que en ese momento no había señalización que alertaran de obstáculos en la vía ni tampoco se encontraba cerrada. “El motorizado se estrelló contra una alcantarilla que sobresalía en la mitad de la calzada y sufrió trauma craneoencefálico que lo mantuvo en cuidados intensivos por espacio de 16 días, al cabo de los cuales murió.

Lo insólito de todo lo que pasa con este contrato es que solo se incluyó la pavimentación de dos cuadras (200 metros lineales) y en 15 meses que se cumplieron de haber iniciado los trabajos solo se ha avanzado en 100 metros.

El contrato también contempla la construcción de siete pequeños parques de recreación a un costado de la avenida Kennedy, los cuales están a punto de culminarse, aunque a los habitantes les preocupa que las calles que colindan con estos espacios están llenas de huecos. 

Preocupa también que el resto de cuadras de la misma avenida no fue incluido en el contrato, pese al avanzado deterioro que presenta.

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La Opinión hizo un recorrido por la avenida Kennedy y habló con los vecinos del lugar. En su mayoría, aseguran que la alcaldía no les ha hablado nunca claro respecto de los trabajos.

Hermelinda Sánchez, vecina de Atalaya, aseguró que el tener destapada la vía por más de un año le ha causado pérdidas en su negocio. Otro comerciante, Jorge Antonio Vega, conocido popularmente en el barrio como ‘Curramba’ fue mucho más allá que su vecina: “estamos quebrados por culpa de la mala planeación de la alcaldía”. “Esto es una mamadera de gallo la que nos tiene la alcaldía. En mi caso, que me dedico a la venta de acuarios, las ventas se me cayeron en un 80 por ciento y al paso que vamos me voy a ver en la penosa obligación de cerrar mi negocio”, añadió Vega.

La Secretaría de Infraestructura informó ayer que entre lunes y martes se adelantaron labores de topografía y solo hasta hoy en la tarde se arribará al barrio con el contratista y el interventor para socializar lo que resta por hacer, para lo cual hay un plazo de 45 días. 

Los vecinos, no obstante, se mantenían ayer incrédulos.

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