Nadie le dijo que sería fácil lograrlo, pero tampoco le dijeron que sería imposible. Damar Augusto Valderrama Ortiz, un cucuteño de 20 años que anhela convertirse en jugador profesional de rugby, viajó esta semana a Francia con una maleta llena de sueños, guayos y ropa de entrenamiento; buscando aferrarse a la oportunidad que le ofrecerá un club de tercera división, que ya confió una vez en las capacidades de un jugador nortesantandereano y que ahora vuelve a abrirle las puertas al talento rojinegro.
Llegó el jueves por la noche a Lyon y un día después se presentó en la sede del club Givors, equipo que le abrirá las puertas en esta nueva aventura que inicialmente será por tres meses.
Givors juega en el Fédérale 2, que es el campeonato de la tercera división francesa, y fue el club que hace dos años le brindó la oportunidad al cucuteño Andrés Zafra de convertirse en el primer colombiano en ser fichado por un equipo extranjero de rugby.
No fue fácil dar el primer paso y llegar a Francia, pues tuvo varios inconvenientes de comunicación con el club europeo, pero finalmente logró aclarar las cosas y consiguió el apoyo que necesitaba para embarcarse en este nuevo reto deportivo, que seguramente lo ayudará a crecer a nivel personal.
“Por el momento yo tengo que llegar a ganarme ciertas cosas, por mala comunicación yo no pude hacer unos papeles que debí diligenciar, como por ejemplo un trámite en la Federación Francesa de Rugby, y en la liga de Lyon, como no hice eso me retrasaré aproximadamente mes y medio, pero me dijeron que mientras hacía esas diligencias podía jugar con los juveniles”, manifestó el deportista nortesantandereano antes de viajar.
A pesar de su corta edad Damar Valderrama es uno de los rugbistas más experimentados que hay en Norte de Santander, y uno de los jugadores con proyección de selección mayor que tiene la Federación Colombiana de Rugby.
Ha hecho parte de la selección Colombia juvenil, y ha competido en tres campeonatos suramericanos, quedando campeón en dos de ellos y siendo escogido como el mejor jugador del torneo en 2015, en el certamen que se disputó en La Guajira. Además, en 2017 ya fue convocado a la selección mayor.
El valioso apoyo de su club
Damar juega rugby desde que tenía 12 años con el Cúcuta Rugby Club, y su progreso siempre ha sido visto como ejemplo para los demás compañeros de equipo.
Para viajar a Francia su club le gestionó el dinero de los pasajes con uno de sus patrocinadores, la cooperativa Coomulpinort, y su familia le ayudó a reunir el dinero para comprar el seguro de viaje.
Cúcuta Rugby Club es uno de los clubes con más historia de Norte de Santander, fue fundado en 2005 y ha participado en los campeonatos más importantes a nivel nacional.
Para ir tras su sueño Damar tuvo que dejar de lado muchas cosas, y despedirse de personas valiosas en Cúcuta. Suspendió sus estudios de licenciatura en educación física y de ingeniería industrial, dejó a su novia, con la que tiene una relación de dos años; y lo más doloroso, se despidió de su abuela.
“La despedida fue muy complicada. Fue muy difícil, mi abuela está viejita y dejarla así fue muy duro, su despedida fue muy difícil, fue algo que me partió el corazón”, contó, con mucha nostalgia, antes de abordar el vuelo que lo llevó a Lyon.