Cuando la ciudadanía creía que los aumentos en el precio de la gasolina se habían terminado en enero, tras el alza de $600 que ordenó el Gobierno, febrero sorprendió con un incremento, pequeño, pero que igual pesa en el bolsillo, principalmente en el de los taxistas.
Sin embargo, la variación no solo fue en ese combustible, también ocurrió con el ACPM a diésel.
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“A nosotros, los taxistas, realmente nos está afectando mucho, porque tanquear está costando entre $40.000 a $50.000 diarios, que eran parte de nuestra ganancia”, dijo inconforme Marco Antonio Camargo, quien estaba en una cola de una gasolinera.
Elkin Sarabia, quien también se disponía a abastecerse, indicó que, en Colombia, “la gasolina no debería ser tan costosa, y más, porque nosotros la producimos”, agregando que hay países que tienen un precio muy elevado, debido a que no tienen petróleo.
Alberto Cruz, otro integrante de la llamada ‘Fuerza Amarilla’, manifestó que, como transportadores, se les ha hecho difícil trabajar con esos ajustes y no se explican cómo, después de pagar el galón del combustible exento (subsidiado) a $7.576, cuando llegó el presidente Gustavo Petro al poder, ahora cuesta casi $14.000
“Es muy difícil la situación, porque me toca echarle al taxi $60.000 diarios en gasolina”, reiteró el hombre de 63 años, quien ejerce el oficio desde hace unos 40 años.
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De acuerdo con el presidente de la Asociación Sindical de Taxistas de Norte de Santander (Astans), Juan Carlos Bastos, los aumentos los tienen “quebrados” y en el área metropolitana son más de 8.000 conductores que viven de la actividad.
“Día a día utilizamos la gasolina y nos ha tocado buscar maneras, para instalar el gas vehicular. Estamos viendo si con la Alcaldía y la Gobernación podemos tener un auxilio, porque el costo de la instalación del gas vale $4.500.000. Le pedimos al presidente que no suba más el precio”.
La directora ejecutiva de la Asociación de Estaciones de Servicio de Norte de Santander (Asesnort), María Eugenia Martínez, recordó que, en la frontera, hay un cupo de 13 millones de galones, entre gasolina y ACPM o diésel, que está libre del impuesto nacional y del Impuesto al Valor Agregado (IVA), lo que hace más barato su precio.
Por lo tanto, cada vez que se acaba en los expendios la llamada gasolina subsidiada, los consumidores deben comprar la que llega con los tributos, recalcó a La Opinión la líder gremial.
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Los precios en la región quedaron así, de acuerdo con Martínez:
- Gasolina corriente exenta (subsidiada): $13.932
- Diésel exento (subsidiado): $7.387
- Gasolina corriente nacional: $16.103
- Diésel nacional: $9.877
¿Por qué el alza?
El presidente de la Junta Directiva de la Federación Nacional de Distribuidores de Combustibles y Energéticos (Fendipetróleo), Jairo Gómez, sostuvo que el alza está reglamentada por la Resolución N° 40222 de 2015 del Ministerio de Minas y Energía, que establece un ajuste todos los 1 de febrero.
Por esto, ni Hacienda ni Minas anunciaron el incremento, pues no hace parte de la política alcista del Gobierno, para cerrar la brecha con los precios internacionales y el déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).
Gómez explicó que el precio de la gasolina corriente subió $164.49 y el del ACPM, $162.38, por la variación en los impuestos al carbono y nacional a cada uno de esos hidrocarburos y en el margen de distribución minorista de los combustibles.
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