La historia del pozo Sirius (antes conocido como Uchuva 2) que, según se conoció esta semana, tiene reservas de gas que abastecerían a Colombia por los próximos 20 años y es una muestra de cómo, en materia de hidrocarburos, cada proceso de exploración y explotación requiere esfuerzos sostenidos de años e incluso décadas.
El proyecto Sirius inició su perforación en junio del presente año, pero los contratos que sustentaron su exploración se remontan a comienzos de este siglo.
“Son proyectos de muchos años por todo lo que hay que hacer: encontrar el gas, producirlo, construir la infraestructura para llevarlos a tierra firme, firmar los contratos de venta, conseguir las licencias y permisos”, señaló el exministro de minas Tomás González.
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El pozo está ubicado en el Bloque Tayrona, aproximadamente a 31 km de la costa y su perforación está prevista en aguas ultra profundas a 804 metros de profundidad de tabla de agua, y los dueños de la operación son Ecopetrol y Petrobras, con un 55.56 % y un 44.44 % de las acciones totales respectivamente.
Aunque desde un primer momento las compañías tenían indicios de que tendría un gran impacto positivo en el abastecimiento del gas nacional, solo hasta esta semana pudo certificarse oficialmente su capacidad.
Según la información suministrada por el Ministerio de Minas y Energía, Ecopetrol y Petrobras, el potencial total del pozo rondaría los 6 terapies cúbicos (TPC), lo que representaría dos veces las reservas actuales del país.
El exministro de minas Amylkar Acosta, destacó la gran relevancia y capacidad del pozo describiéndolo como uno de los descubrimientos más importantes para el abastecimiento de gas natural de las últimas décadas desde el campo Chuchupa.
“Se estima que las reservas de gas allí pueden ser del orden de los 6 TPC, casi el doble de los 3,7 TPC de Chuchupa, el más gigantesco descubrimiento desde la década de los 90 del siglo pasado y muy superior a los 2,3 TPC, que son las reservas remanentes”, puntualizó Acosta.
“De acuerdo con el más reciente informe de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), pueden garantizar la seguridad y la soberanía energética durante dos décadas. Para ello tocará esperar por lo menos tres años, que será cuando se declare la comercialidad del yacimiento”, añadió el exministro.
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Por su parte, el actual ministro de Minas, Andrés Camacho, informó que la producción esperada del yacimiento es de 13,3 millones de metro cúbicos/día durante diez años y contará posteriormente con una segunda etapa, uno o dos pozos productores con 15 millones de metros cúbicos/día.
“Es un hallazgo que después de 45 años no tenía el país, es un hallazgo histórico y va a significar una importante reserva de respaldo para el país”, concluyó Camacho.
Las dificultades para entrar en producción
Actualmente el proyecto se encuentra pausado a causa de un fallo de tutela del juez cuarto laboral del Distrito Judicial de Santa Marta.
El fallo ordenó la suspensión de actividades debido a que el proyecto no consultó previamente a la comunidad indígena local Taganga sobre la operación, un aspecto clave para mantener el respeto por las comunidades y sus territorios.
“En el caso del pozo Sirius, lo que impide el avance de las actividades por parte de Petrobras, que es el operador, es la suspensión de las mismas, hasta nueva orden, dispuesta por un juez laboral del Distrito de Santa Marta Carlos Villalba, en respuesta a una tutela interpuesta por una comunidad indígena de Taganga que alega no haber sido consultada. La Procuraduría impugnó el fallo y se está a la espera del tribunal administrativo de Santa Marta”, explicó el exministro Amylkar.
Sin embargo, este no es el único obstáculo que debe afrontar el proyecto. Como lo señaló el exministro de minas González, se requieren muchas acciones para que estos pozos puedan iniciar su etapa operativa. Entre ellas, deberán hacerse 116 consultas previas antes de iniciar la construcción de un gasoducto que conecte el campo Sirius con el sistema nacional de transporte de gas.
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Además, el desarrollo de estas nuevas reservas requerirá inversiones significativas. El presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), Bruce Mac Master, calculó que el proyecto requerirá una inversión estimada de US$5.000 millones.
Un alivio, pero no inmediato
Aunque es una gran noticia, ambas compañías y el Ministerio de Minas han informado que la explotación del pozo iniciará entre 2029 y 2030. Antes de ese momento, el país tendrá las limitaciones que ya se conocen en el suministro. Por ejemplo, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, ha reconocido que se tendrá que importar gas para el uso domiciliario, lo que no había sido necesario hasta ahora.
“Nos daría garantía sobre el suministro de gas en el mediano plazo. Pero no podemos quedarnos solo con este hallazgo. Debemos desarrollar todos los proyectos costa afuera y abrir la nueva exploración”, puntualizó el exministro de minas Tomás González.
Por su parte, el exministro Acosta afirmó que “Colombia debe proseguir en la búsqueda y hallazgo de mayores reservas, dada la precariedad de las mismas, las que además están en franca declinación. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), el gas natural es el combustible de la transición energética”.
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