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Para el Papa la pobreza, el subdesarollo y por tanto el hambre son a
menudo el resultado de actitudes egoístas del hombre, que "se traducen
en la negación del derecho primario de cada persona a nutrirse y por
tanto a ser libre del hambre".
El papa Benedicto XVI tildó de "tragedia" la crisis alimentaria mundial que afecta a millones de niños y condenó firmemente la "especulación financiera" con alimentos al recibir este viernes en el Vaticano al nuevo director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva.
"Pienso ante todo en los niños, que son las primeras víctimas de esta tragedia, condenados a una muerte precoz, a un retraso en su desarrollo físico y psicológico o que están obligados a formas de explotación para recibir un mínimo de alimento", reconoció el Papa al recibir a los participantes a la conferencia anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El Papa denunció también "la explotación frenética de los recursos naturales" y la carrera "al consumo y al despilfarro".
Ante Graziano Da Silva, quien asumirá el cargo el 1 de enero del 2012 y al actual director general, el senegalés Jacques Diouf, el pontífice pidió que la ayuda internacional "no se limite a la emergencia" y que se otorgue "con una concepción coherente del desarrollo".
El jefe de la iglesia católica admitió que no podía "permanecer en silencio ante el hecho de que también la comida se convirtió en un objeto de especulación".
"La alimentación representa un derecho fundamental de la vida. Garantizarla requiere actuar directamente y sin demora sobre varios factores", dijo al pedir que se cambien los mecanismos de distribución en el mercado internacional.
Para el Papa la pobreza, el subdesarollo y por tanto el hambre son a menudo el resultado de actitudes egoístas del hombre, que "se traducen en la negación del derecho primario de cada persona a nutrirse y por tanto a ser libre del hambre".
El Papa manifestó el compromiso de la Iglesia católica a colaborar con el esfuerzo de la FAO en sus actividades "meritorias".
Para la entidad de Naciones Unidas, cuya sede central se encuentra en Roma, el mundo está en grado de producir alimentos para toda la población mundial.
"El cuadro internacional y las frecuentes preocupaciones causadas por la inestabilidad, junto con el aumento de los precios de los alimentos requieren respuestas concretas y necesariamente unitarias para obtener los resultados que los Estados no pueden garantizar individualmente", subrayó.
El Papa defendió un modelo económico global que no se base en criterios estrictamente económicos, sino que defienda a la familia como núcleo de la sociedad, en particular a la "familia rural".
En una entrevista a la AFP, Graziano reconoció que "muchos países pobres no podrán cumplir las metas fijadas" por la ONU de reducir para el 2015 a la mitad el número de personas que padecen hambre.
Según estimaciones de la FAO, el número de desnutridos en el mundo es de cerca 925 millones.
El papa Benedicto XVI tildó de "tragedia" la crisis alimentaria mundial que afecta a millones de niños y condenó firmemente la "especulación financiera" con alimentos al recibir este viernes en el Vaticano al nuevo director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva.
"Pienso ante todo en los niños, que son las primeras víctimas de esta tragedia, condenados a una muerte precoz, a un retraso en su desarrollo físico y psicológico o que están obligados a formas de explotación para recibir un mínimo de alimento", reconoció el Papa al recibir a los participantes a la conferencia anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El Papa denunció también "la explotación frenética de los recursos naturales" y la carrera "al consumo y al despilfarro".
Ante Graziano Da Silva, quien asumirá el cargo el 1 de enero del 2012 y al actual director general, el senegalés Jacques Diouf, el pontífice pidió que la ayuda internacional "no se limite a la emergencia" y que se otorgue "con una concepción coherente del desarrollo".
El jefe de la iglesia católica admitió que no podía "permanecer en silencio ante el hecho de que también la comida se convirtió en un objeto de especulación".
"La alimentación representa un derecho fundamental de la vida. Garantizarla requiere actuar directamente y sin demora sobre varios factores", dijo al pedir que se cambien los mecanismos de distribución en el mercado internacional.
Para el Papa la pobreza, el subdesarollo y por tanto el hambre son a menudo el resultado de actitudes egoístas del hombre, que "se traducen en la negación del derecho primario de cada persona a nutrirse y por tanto a ser libre del hambre".
El Papa manifestó el compromiso de la Iglesia católica a colaborar con el esfuerzo de la FAO en sus actividades "meritorias".
Para la entidad de Naciones Unidas, cuya sede central se encuentra en Roma, el mundo está en grado de producir alimentos para toda la población mundial.
"El cuadro internacional y las frecuentes preocupaciones causadas por la inestabilidad, junto con el aumento de los precios de los alimentos requieren respuestas concretas y necesariamente unitarias para obtener los resultados que los Estados no pueden garantizar individualmente", subrayó.
El Papa defendió un modelo económico global que no se base en criterios estrictamente económicos, sino que defienda a la familia como núcleo de la sociedad, en particular a la "familia rural".
En una entrevista a la AFP, Graziano reconoció que "muchos países pobres no podrán cumplir las metas fijadas" por la ONU de reducir para el 2015 a la mitad el número de personas que padecen hambre.
Según estimaciones de la FAO, el número de desnutridos en el mundo es de cerca 925 millones.