Rehabilitar 93 kilómetros de las vías arterias y unas 3.000 calles de los barrios que se encuentran en severo deterioro, además de construir mil adicionales para las diferentes comunas de la ciudad, es la propuesta de Leonardo Jácome, candidato a la Alcaldía por el Movimiento Cúcuta Avanza.
Con su proyecto, que el aspirante describe con mucha sencillez, él expone que es la fórmula para acabar, de una vez por toda, con uno de los mayores dolores de cabeza que tienen los habitantes del municipio, como es el deterioro de la malla vial.
Jácome explica que su propuesta tiene dos tipos de vías a intervenir: las avenidas o corredores viales y las que denomina “barriales”.
Señala que en el municipio hay unos 260 kilómetros de arteria vial, pero de estos, solo 93 requieren una intervención, ya sea por mantenimientos correctivos, preventivos o porque demandan una sustitución integral del asfalto.
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Lo que ofrece es asumir esa obra para el municipio y, aunque reconoce que los precios pueden variar, por fluctuaciones en el mercado o por la necesidad de hacer labores complementarias, calcula que el costo estándar estaría en el orden de los $1.200 millones o $1.400 millones que a groso modo serían unos $100.000 millones de inversión total.
La iniciativa del candidato de Cúcuta Avanza incluye la intervención de unas 3.000 calles de los barrios, pero no mediante un proceso de licitación pública, sino por la modalidad de comunidad-gobierno.
“No se hace por licitación porque la mayoría de los barrios no están legalizados y eso es un problema para cumplir con los requisitos licitatorios, distinto a que si la inversión se hace por esta figura que lo haría posible”, explica.
Sostiene que mientras el costo por calle por licitación sería de aproximadamente $200 millones, si el trabajo se hace de la mano con la comunidad, el municipio solo invertiría $40 millones en los materiales, aunque ese valor podría ser superior según el deterioro de la vía.
“Hay calles que solamente necesitan una carpeta asfáltica o echarles un concretico, eso puede estar saliendo en $20, $25 o $30 millones. También está la opción de los adoquines que también sería más barato, pero son opciones”, dijo.
Esta otra inversión –calcula- demandaría una inversión de otros $100.000 millones, lo que se traducen en un total estimado en $200.000 millones con los que, “le cambiaría la cara a Cúctuta, completamente”.
Jácome afirma que el proyecto tendrá distintas fuentes de financiación.
La primera que propone es destinar la sobretasa de la gasolina, un ingreso corriente de libre destinación que financia la inversión de los municipios; la segunda serían los fondos por concepto de propósito general del Sistema General de Participación que otorga la Nación y, por último, el 5% de los tributos corrientes del municipio que destinaría para esa inversión, mediante un acuerdo municipal.
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“Eso más o menos nos daría, en cuatro años, unos $150.000 millones de los $200.000 millones que necesitaremos pagar. Los $50.000 millones restantes los obtendremos de una parte del superávit primario que año tras año se ha sido arrastrando y el otro monto provendría de recusos departamentales con el gobernador”, puntualiza.
No es apegado a la realidad
La Opinión consultó con dos expertos en obras de infraestructura vial y sus opiniones fueron divididas frente a la factibilidad de este proyecto del candidato de Cúcuta Avanza.
Uno de ellos, ingeniero especialista en vías, señaló que aunque la modalidad comunidad-gobierno les permite a los mandatarios locales proveer de ese suministro para los proyectos, cabe recordar que en estos casos la comunidad es la que asume la mano de obra y no se ha considerado, de fondo, la inversión en las obras complementarias que se requieran.
En segundo analista, miembro de una firma constructora especialista en obras civiles en el departamento, fue un poco más allá, pues considera que la propuesta no está apegada a la realidad.
El experto explica que el costo por licitación de una cuadra no es de $200 millones, sino que se encuentra en el orden de los $120 millones, mucho menos de los que menciona Jácome, al menos en los casos en los que no se interponen intereses particulares para inflar los costos.
Añade que, por ejemplo, de esos $150 millones las constructoras reciben unos $95 millones que corresponden a costos directos, mientras que el resto se ajusta a lo que denominan AIU (administración, imprevistos y utilidad).
Este valor de $95 millones incluye la compra de materiales, equipos de construcción y mano de obra –anota- mientras que tampoco es apegado a la realidad que con $40 millones se pueda rehabilitar una cuadra, ya que los materiales para ese espacio no están por debajo de los $52 millones que “mal manejados, pueden llegar a convertirse hasta en $80 millones”, dice.
Por otro lado, señala que en las obras comunidad-gobierno es el municipio el que debe disponer de los equipos de construcción o contratarlos, sin mencionar que le resulta una “utopía” pensar que la gente quiera prestar mano de obra de gratis, por lo de los convenios para que la misma comunidad se haga cargo de esa tarea.
Concluye que aunque es viable la obtención de recursos que propone Leonado Jácome para reponer la malla vial, $150.000 millones no serían suficientes para financiar un proyecto de esas dimensiones, sin mencionar que dejar la mano de obra en manos de las comunidades, generaría una inversión mayor.
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