Tras más de 25 años alejado de los escenarios colombianos, Pepe Aguilar se prepara para volver al país, esta vez, bien acompañado de Ángela y Leonardo, quienes siguen sus pasos en la música, cómo él siguió los de sus padres.
Es hijo de los legendarios Antonio Aguilar y Flor Silvestre, pero gracias a su trabajo y dedicación no terminó a la sombra de ellos, forjando su propio legado construido a través de más de treinta producciones discográficas, la última, lanzada hace pocos meses: ‘Que llueva tequila’.
Ahora, hace lo propio con sus hijos para que labren su propio camino, sin olvidar que son la nueva generación de la Dinastía Aguilar, con la noble pero gran responsabilidad de mantener viva la música ranchera.
Juntos, estarán el próximo 25 de octubre en el Movistar Arena de Bogotá, realizando un repaso por la carrera de estos tres artistas, donde seguramente no faltarán algunos de los inmortales temas de Antonio y Flor Silvestre.
Pepe Aguilar habló con Colprensa sobre este regreso a los escenarios del país, sus hijos, su nueva música y el futuro de una industria musical cada vez más cambiante y veloz.
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Una larga espera
-¿Hace cuánto no visita Colombia?
Muchísimo tiempo, demasiado tiempo la verdad. Ahora qué hago cuentas pueden ser 26 o 27 años. Ahora vuelvo con 25 discos más de los que conocían en esa época (risas).
La carrera ha seguido, simplemente no hemos tenido el honor y la fortuna de volver a Colombia, pero hay todo este bagaje que llevaremos al concierto, con muchísimas muchísimas ganas, y además, la participación de mis hijos, que son dos artistas ya de peso.
-¿Por qué tanto tiempo sin visitar Colombia?
Pasaron muchas cosas, entre ellas, ser un artista independiente donde el trabajo se cuadruplica. Además, Estados Unidos y México son los dos mercados más grandes, México tiene más ferias que días del año. Estados Unidos tiene 40 millones de mexicanos, junto a los millones de colombianos y los millones de hermanos centroamericanos que también consumen la música de México, por lo que te puedes quedar aquí sin salir a ningún otro país y te puedes quedar muy feliz y muy contento.
Yo estoy haciendo esto porque a estas alturas de mi vida me he fijado como meta ir a todos los países donde hubiera querido tocar y por esta circunstancia y conformismo de la gente alrededor mío, no mío, no había podido.
Ahora que tengo más control sobre mi carrera, Colombia estaba en la lista en el número uno como una meta.
En familia
-¿Cómo es la relación artística con sus hijos?
Son dos artistas que han estado en la disquera de mi esposa y mía. Desde que Ángela tenía tres años y medio, y Leonardo cinco años y medio se han estado preparando dentro de esta organización, y ahora son toda una realidad.
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No puedo dejar de verlos con mucho cariño y con mucho orgullo. Definitivamente, dentro de la disquera, son dos productos musicales muy completos.
-¿Pepe Aguilar qué les ha aprendido a sus hijos en su faceta artística?
En la vida se viene a aprender, es una de las cosas que los seres humanos hacemos, y todo el mundo le enseña a todo el mundo. Yo creo que los hijos le enseñan más a tus papás que a nadie más, pero no son ellos como maestros, sino el reflejo que te dan de lo que les estás diciendo, de cómo los estás llevando.
Ese reflejo con su actitud te enseña, aunque a veces no nos damos cuenta, porque todos los seres humanos queremos hacer las cosas bien, ayudar a los que más queremos a nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestros amigos, pero muchas veces no nos damos cuenta de las cosas que tenemos que resolver nosotros mismos.
Ha sido muy bonito, durante muchos años, desde que eran muy chiquitos, viéndolos crecer artísticamente, metiéndolos dentro de mi show, sin anunciarlos, durante diez años, y ahora empiezan hacer un trabajo ellos solos.
Nueva música
-Llegará a Colombia con un nuevo álbum, ‘Que llueva tequila’.
Salió hace un par de meses y me siento contento, me siento feliz con el tipo de trabajo que salió, con el sonido que sacamos, el sonido que le sacamos el mariachi, me siento contento con las canciones que son tremendas.
Es un disco que es diferente a lo que está de moda ahora, no decimos malas palabras, no hay duetos, no son canciones alteradas, pero a todos les sale el sol y hay gente que también le gusta el romanticismo, que le gusta la orquestación, que le gusta el mariachi y eso fue lo que hicimos, dándole un toque distinto y contemporáneo con diferentes instrumentos y diferentes narrativas, pero a fin de cuentas mi estilo.
-¿Siempre produce sus propios discos?
Desde hace muchos años produjo mis propios discos. Solamente el disco con Joan Sebastian en 1992, ‘Recuérdame bonito’, otro que dice con unos rockeros chilenos, Los bunkers’ y el MTV Unplugged que hizo Meme del Real. Todos los demás de los 34 álbumes que llevo, los he producido yo.
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-Un álbum hecho con los músicos que también lo acompañan en los conciertos y las giras…
El poder hacer música con la gente tiene con quien tocas cada fin de semana cambia un poquito la dinámica. Normalmente lo que se hacía en los tiempos de Javier Solís, Antonio Aguilar y Vicente Fernández, era que había un arreglista que se encargaba de hacerlo todo y el cantante se dedicaba solamente a cantar, que no es poca cosa.
Ahora, en mi caso, al producir un disco, debe estar inmerso en todo el proceso, desde escoger las canciones, trabajar con los arreglistas, tomar las decisiones técnicas.
-¿Cómo fue la selección de las canciones para su nuevo álbum?
La magia de la música está en escoger las canciones, porque el negocio de la música es un negocio de canciones. Ahí trato de ser lo más objetivo, transparente y real posible, con canciones que me lleguen, que me hagan sentir y que incluso me hagan llorar.
No importa si sean mías o no, porque en este disco no hay una sola composición mía, porque escogí las que más me llegaban y las que creí que eran el mejor conjunto de temas.
No pensé en la selección en base al negocio, no pensé en base a la canción que supuestamente tenga las características que pueden pegar en este momento. No significa que no quiera pegar, pero prefiero dejar un legado, que mis seguidores desde hace 30 años vean que hay un esfuerzo y un trabajo en cada álbum.
-¿Difícil no enamorarse de las canciones que compone y dejarlas por fuera?
Me ha pasado, y precisamente porque me ha pasado, al incluir canciones que me gustan mucho, dejo canciones que quizás hubieran gustado mucho más. Hay que jugar con ese balance, porque se debe ser objetivo y pensar que este es un negocio.
-¿Difícil mantener esa filosofía en tiempos donde salen nuevas canciones a las plataformas cada minuto?
Estoy seguro que será insostenible, para cualquiera de las partes, más para los artistas que para las plataformas o para el público.
Al público se le está enseñando a no respetar la música, porque si hay algo tan desechable no lo respetas, y no te das cuenta que en el momento que no respetas a la música te estás haciendo daño a ti mismo.
La música sirve mucho a los seres humanos. Es negocio, pero es un conector sentimientos, de cientos de recuerdos, de nostalgia, de amores, de esperanzas, de hermandad y más.
Si te vuelves un consumidor y te vale gorro lo que te den, pues la música cada vez será de menor calidad, así de sencillo.
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