Con ánimo y entusiasmo recibieron los habitantes de Boca de Grita (Venezuela) y Puerto Santander (Colombia) el anuncio de la  reapertura del puente La Unión, uno de los pasos binacionales formales que lleva 8 años cerrado al tránsito de vehículos particulares.

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Venezuela y Colombia acordaron el pasado miércoles abrir el puente internacional que conecta a ambos países, para el paso de vehículos de transporte de pasajeros y de carga, durante la primera jornada de una macrorrueda de negocios que se llevó a cabo hasta el viernes en Caracas, a propósito del primer aniversario de la reapertura de la frontera, tras siete años cerrada.

Los comerciantes de Boca de Grita y Puerto Santander esperan que el comercio de estas dos localidades fronterizas vuelva a renacer, tras tocar fondo producto del cierre aplicado desde el año 2015. 

Juan Medina, presidente de la Asociación de Comerciantes de García de Hevia, indicó que estaban a la espera del anuncio de apertura del puente La Unión, ya que necesitaban que la antigua estructura se abriera a vehículos particulares, como transcurría antes del año 2015, cuando se bloqueó el tránsito por este territorio. 

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Desde el citado año, esta ruta ha funcionado como paso binacional de manera intermitente de forma peatonal. Los comerciantes venezolanos consideran que la parroquia Boca de Grita, municipio García de Hevia (Táchira),  limítrofe con Puerto Santander, debe ser modernizada para que sea apetecible viajar por esta vía. 

“No terminamos de modernizar la frontera por este lado como se hizo por Tienditas, y pienso que hay que activarla”, dijo Medina. 

Apuntó que también las autoridades venezolanas deben tener en cuenta que existen trabas que al momento de abrir el puente congestionarían el paso hacia Colombia, como las más de 11 alcabalas que existen desde Orope hasta el puente La Unión, “donde se requiere parar, abrir la maleta, mostrar documentos, lo que hace inoperante circular, y que durante 7 kilómetros se requiera presentar la documentación”. 

Consideró que al abrirse el puente, utilizando las instalaciones del Seniat, se simplificaría el tránsito, con reglas claras de las mercancías que sí pagan impuestos y las que no. 
Señaló que se debe corregir la facilidad para el tránsito de las personas y que los colombianos puedan utilizar este corredor binacional. 

Abandonados

Noe Silva, comerciante del municipio Puerto Santander, expuso que por años han sentido que los gobiernos de Colombia y Venezuela los han abandonado al dejar este paso fronterizo olvidado, sobre todo cuando la apertura vehicular se ha tardado.

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“El flujo comercial por Puerto Santander cada día es más precario, más bajo, es una soledad que estamos sintiendo, a raíz de que el gobierno nos ha dejado solos y olvidados”, describió.

Detalló que las personas que acuden desde los estados  Zulia, Trujillo, Mérida y Táchira notan el olvido de los gobiernos cuando acuden a Boca de Grita y Puerto Santander. 

“Queremos que nos abran ese paso vehicular que tanto anhelamos, para que haya esa relación comercial que había en años anteriores, eso es lo que anhelamos los comerciantes de este municipio, ya que nosotros somos un punto estratégico que tiene Colombia para una relación comercial, porque es más cerca conectarse con más estados de Venezuela”.

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