Como ‘Pedro por su casa’ y empuñando un arma de fuego, ingresó un atracador hasta un supermercado, ubicado en la avenida 70 con carrera 23, del barrio El Progreso, a hacer de las suyas.
Al delincuente no le importó, que en el lugar se encontraban dos menores de edad, quienes observaron horrorizados la forma como le arrebató el celular a un vendedor que estaba afuera del local y luego tomó el teléfono de la dueña del negocio, y como si fuera poco, también se apoderó del dinero producido durante el día. Cerca de $300 mil en efectivo que estaban en la caja registradora.
Empleado herido
Luego de hurtar las pertenecías en la entrada principal, el asaltante se dio el lujo de ir hasta la sección de carnes frías y verduras, allí accionó un arma traumática en el rostro de uno de los trabajadores del supermercado, luego de requisarlo y no encontrarle nada de valor en sus bolsillos.
“Él me pidió que le entregara todo lo que tenía, se alejó y me dijo quiere que le dé un plomazo y es ahí cuando yo siento el dolor en mi rostro y la sangre que tenía en la cara”, contó el joven afectado, quien además es hijo de la propietaria.
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Pensé lo peor
El atraco ocurrió a eso de las 6:00 de la tarde del pasado miércoles. Después del disparo, el hombre salió corriendo del lugar.
Unos metros más adelante, un cómplice lo recogió en una motocicleta, ante la mirada de varios testigos, que aseguraron que nada pudieron hacer.
Mientras que la angustiada dueña del supermercado, salió con su hijo a bordo de un vehículo, hacia el Policlínico de Atalaya.
“Lo ingresaron de urgencia, le hicieron una cirugía y relleno en el orificio. Yo cuando escuché el disparo, pensé que la bala le había atravesado su cabeza” manifestó la afectada.
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El equipo periodístico de La Opinión en diálogo con varios de los residentes en este sector, conoció que todos los días la inseguridad es más preocupante.
“Hace dos semanas unos trabajadores de la empresa de gases, se sentaron en el andén de mi casa para descansar y ahí les llegaron dos tipos en moto y a todos les quitaron los celulares” manifestó una habitante de ese humilde sector de la ciudadela Juan Atalaya.
Otro vecino argumentó que justamente en esa misma semana del atraco, por el garaje de su casa que queda a la vuelta del supermercado, se metieron y se llevaron unas partes de su carro, avaluadas en $300 mil.
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