Los videos de al menos siete cámaras de seguridad que hay en la calle 0 AN con avenida 10 del barrio Pueblo Nuevo son piezas claves para que las autoridades judiciales identifiquen a los dos hombres que asesinaron al albañil Harold Alexander Estupiñán Pineda, el domingo en la noche.
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La víctima llevaba varios años viviendo junto con su esposa y unos familiares de ella en una casa de esa cuadra. El hombre poco a poco se ganó la confianza y el cariño de sus vecinos, quienes no tenían palabras para describir la tristeza que sentían por el crimen.
“Él era una persona que ayudaba, nunca lo vimos en malos pasos ni fumando cigarrillo, siquiera, porque era muy sano. Trabajaba con unos amigos y el papá en algunas obras de construcción”, contó una habitante de esa zona cercana a la Terminal de Transporte de Cúcuta.
El homicidio
Estupiñán Pineda estuvo solo en la vivienda desde las 6:00 de la tarde, a esa hora su esposa se fue a jugar fútbol, por lo que él se puso a ver televisión. Tres horas más tarde él salió de su casa para una tienda, que queda al frente, a comprar una gaseosa.
El hombre luego de comprar la bebida, se devolvió y se paró afuera de su vivienda hasta donde llegaron dos hombres, a bordo de una motocicleta, y le dispararon en cinco oportunidades en la cabeza, el pecho y la espalda.
Estupiñán Pineda alcanzó a dar unos pasos, pero cayó al piso agonizante y ensangrentado. Unos vecinos lo auxiliaron y lo llevaron en una motocicleta hasta la Unidad Básica Loma de Bolívar, donde llegó sin signos vitales.
“A Harold lo montaron en el medio del parrillero y el conductor, que salieron a toda velocidad hasta ese centro asistencial, que queda a unos seis minutos en motocicleta, pero llegó muerto”, contó un testigo.
La familia del albañil se enteró minutos después de lo sucedido, cuando los llamaron para decirles que a Harold Estupiñán lo acababan de asesinar. En ese momento ellos sintieron que les había caído un ‘baldado de agua fría’, por lo que rápidamente llegaron al lugar de los hechos y encontraron a varios curiosos en la calle y a unos policías.
“Yo estaba en la casa cuando me llaman y me dicen que a mi hijo mayor lo acababan de matar, esas palabras me dejaron frío. Yo colgué, me puse las manos en la cabeza, comencé a llorar y salí corriendo para la vivienda de él, al llegar no había cuerpo sino un manchón de sangre en el piso y a la Policía y la gente en la calle”, contó el padre de la víctima.
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Hasta el lugar de los hechos arribó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para revisar minuciosamente la escena del crimen, encontrando tres vainillas y un proyectil de calibre 9 milímetros, que serán analizados por balística.
Los investigadores luego se desplazaron hasta el centro asistencial donde estaba el cadáver, al que le realizaron la inspección técnica y luego trasladaron para el Instituto de Medicina Legal.
Piden justicia
En medio de las lágrimas y la voz entrecortada, el papá y la pareja de la víctima contaron que su ser querido no era alguien malo, nunca les habló de amenazas en su contra y aseguran que no se metía con nadie.
Por eso piden que las autoridades revisen las cámaras de seguridad para identificar a los asesinos y los capturen. Ellos piden que el caso no quede impune.
“Él trabajaba conmigo y siempre demostró ser una persona respetuosa. No entiendo por qué acabaron con su vida. Es triste quedarme sin un hijo, fuera que Harold cometiera delitos para uno comprender que ‘la debía’, pero era alguien sano…”, dijo el papá.
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