Las únicas pistas que tienen las autoridades sobre el asesinato de Keiller Nazareth Ramírez Ángel, quien trabajaba como vigilante informal en un conjunto residencial ubicado en el barrio Claret, de la ciudadela Juan Atalaya, es que recientemente algunos vigilantes del sector han sido amenazados de muerte por microtraficantes que delinquen en la zona.
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Según se conoció, un grupo de celadores que trabaja en este lugar se ha enfrentado últimamente a expendedores y consumidores de drogas que frecuentan este sector, lo que ha generado la molestia en los integrantes de algunas estructuras ilegales dedicas al comercio de estupefacientes.
“Ellos han corrido mucho a los consumidores y también a los ‘jíbaros’, por lo que eso ha traído amenazas. Uno los ve en motos, paseando el barrio y tratando de mantener todo en orden y por eso se han convertido en el blanco de esas bandas”, dijo un habitante de Atalaya.
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Además, se conoció que la noche del viernes dos hombres que se movilizaban en una motocicleta también hicieron algunos disparos alrededor de donde estaban los vigilantes informales.
El hecho
A las 3:15 de la tarde del sábado, dos hombres se acercaron hasta el puesto de trabajo de Keiller Ramírez, en la entrada del conjunto residencial y simularon ser visitantes para distraer a la víctima y luego dispararle en al menos tres oportunidades en la espalda y la pierna izquierda.
Cuando los pistoleros vieron que el vigilante, de 27 años, cayó al piso gravemente herido, huyeron del lugar.
Mientras tanto, los habitantes y vecinos del sector trasladaron a Ramírez Ángel al Policlínico de Atalaya, que está a pocos metros del lugar del ataque, pero allí llegó sin vida.
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Las unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) fueron alertadas del hecho de sangre, por lo que acudieron al lugar del hecho para iniciar las pesquisas.
Los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección y el levantamiento del cadáver que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.
Los habitantes del conjunto residencial donde ocurrió el asesinato se reunieron ayer para analizar la situación, tras quedar sin vigilancia.
Según se conoció, Keiller Ramírez llevaba trabajando como vigilante al menos seis meses, en ese sitio donde lo mataron.
Las autoridades están avanzando en las investigaciones y en la búsqueda de videos de algunas cámaras de seguridad instaladas alrededor del lugar para tratar de identificar a los homicidas.
El ‘imperio’ de ´Porras’
Para los investigadores judiciales no es desconocido que Ever Carreño, alias Porras, un reconocido microtraficante de drogas, que está en prisión, sigue dominando el comercio de estupefacientes, especialmente en este sector de la ciudadela Juan Atalaya.
Por lo tanto, no se descarta que este delincuente haya dado la orden de atacar a los vigilantes con el fin de mantener el control del microtráfico en la zona.
Por ahora, las pesquisas tendrán que fortalecer las diferentes hipótesis que analizan las autoridades para esclarecer el hecho violento.
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