Erika Daniela Eslava Cuellar, estuvo 14 días en coma, por el fuerte accidente que sufrió el pasado 17 de noviembre. Con oraciones su familia se unía esperando su pronta recuperación.

Al despertar, la joven, de 26 años, salió de coma y conforme pasaban los días, su esposo veía cómo avanzaba su recuperación de manera exitosa.

Todo parecía que marchaba bien en ella, pues su evolución le daba alegría, sus hijos de 8 y 4 años la esperaban en casa, para volverla a abrazar y reír juntos, como era normal en su vida.

Erika era alegría, luz y felicidad, con su risa contagiaba de energía. Para su familia, su espontaneidad la hacía increíble, una mujer soñadora y que veía con amor a su esposo, con el que compartió 10 años de camino.

Su amor al servicio y colaborar al que fuera necesario, hizo que la reconocieran en donde sea que estuviera.

“Ella era la más extrovertida. Siempre buscaba la forma de que los hijos estuvieran bien. Ella era una gran mamá. Colaboradora, servicial, le gustaba ayudar a las personas”, aseguró su esposo.

Fue así que era una recarga para todos los que la conocían, en especial para el grupo de taekwondo al que su hija hace parte, pues en cada presentación o competencia, ella era la animadora principal y no solo de su niña, sino de cada competidor que hiciera parte de su equipo.

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La mujer trabaja en lo que saliera, en especial para temporadas, en almacenes, ventas, para la feria escolar, siempre tenía una forma de ser recursiva.

“Todos los días llamaba a los niños y hablaban por WhatsApp, en la mañana o en la tarde y la niña le decía que comiera”, aseguró el esposo de Erika, quien la describió como una luchadora.

No se quería rendir

Con todo el amor, día y noche su familia la acompañaba en cada tratamiento, de día y de noche, nunca la dejaban sola y ella no se quería rendir, en casa la esperaban sus hijos. Con su energía y actitud, estaba atendiendo a cada uno de los procedimientos.

Entre cirugía tras cirugía, se fue recuperando, pero el fin de semana todo cambió. El pasado sábado, su esposo vio que la mujer se estaba inflamando y además, escuchaba que ella sentía mucho dolor, por lo que le pidió a los doctores que actuaran frente a eso, pero no reaccionaron a tiempo.

“Ella se quejaba, le dolía la cadera. El sábado decía que le dolía, llevaba tres días que se estaba hinchando”, expresó el hombre

A los dos días, los médicos tuvieron que intubarla, pues se le dificultaba respirar y, además, su dolor era tomentoso. Finalmente la noticia, el lunes, en la mañana, los dejó atónitos, Erika había fallecido.

La familia nunca creyó que sus últimas palabras fueran antes de intubarla, pues Erika quería regresar a su casa, para volver a abrazar a sus hijos y continuar con todos los sueños y metas que un día programó con su esposo.

Erika Eslava y su esposo estaban haciendo planes para lograr comprar su casa, lo que ya venían cotizando hace meses.

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“Antes de que ella empezara a trabajar, estábamos cotizando la casa, averiguando proyectos para empezar”, explicó el hombre.

Además, su sueño era conocer el mar, ninguno de los dos había ido alguna vez y anhelaban que juntos, unidos con su amor, lograran uno de los tantos sueños que aún esperaban lograr.

Ahora, el abogado José Ernesto Jaimes Chía y su equipo de investigadores, serán los encargados de representar legalmente de la víctima en el proceso judicial que inicie la Fiscalía.

El accidente

Justamente, el día del accidente cumplía cuatro días trabajando en una empresa de gas. Aquel 17 de noviembre, ella iba en la moto de su esposo para el barrio La Victoria, después de recibir una capacitación en la empresa.

Presuntamente en el trayecto de la ‘Subida del Indio’, por la vía principal de la ciudadela Juan Atalaya, una buseta le habría obstaculizado el paso de manera abrupta, pues la mujer no iba en exceso de velocidad.

Al intentar esquivarla, ella cayó al pavimento, justo cuando una volqueta que no tuvo forma de reaccionar por la congestión de la vía, la embistió. Por la gravedad del accidente, la mujer fue llevada al hospital, donde finalmente falleció 73 días después.

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