El pasado viernes, Luis Gabriel Caicedo Contreras se encontraba en su vivienda ubicada en el barrio Los Almendros, reparando unas motocicletas, sin saber que horas más tarde lo alcanzaría la muerte.
El hecho se registró a las 5:46 de la tarde cuando la víctima transitaba por la manzana 6 de ese barrio de la Comuna 8 de Cúcuta.
“Lo que sabemos es que un solo tipo, no eran más, pasó en una moto y le disparó varias veces, eso se escucharon muchísimos tiros. El muchacho quedó de una vez tirado en el piso pero todavía estaba vivo”, comentó un residente del barrio.
Según algunas versiones, en cuestión de minutos llegaron algunos uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) quienes al percatarse de que Caicedo Contreras aún tenía signos vitales, tras recibir seis balazos en su cuerpo, lo ayudaron a trasladar al Policlínico de Atalaya.
“Estaba como agonizando porque imagínese fueron como tres tiros en el cuello y eso es mortal para una persona”, añadió el hombre.
Luego, por la gravedad de sus heridas, la víctima fue remitida al Hospital Universitario Erasmo Meoz, en donde se confirmó su muerte una hora más tarde.
Al lugar de los hechos llegó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) a adelantar la inspección técnica de la escena.
A pesar de que las autoridades activaron un ‘Plan Candado’ para ubicar al presunto responsable del crimen, una vez más, éste no dio un resultado positivo.
La hipótesis
Tras recopilar algunos testimonios y verificar las cámaras de seguridad del sector, las autoridades habrían descartado que el hecho estuviera relacionado con delincuencia común.
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Una de las hipótesis que cobra fuerza para los investigadores es que la víctima, al parecer, habría tenido un inconveniente con un familiar por un tema relacionado con dinero.
“Hasta el momento estamos verificando lo que sucedió, sabemos que la víctima había tenido inconvenientes con alguien cercano por una motocicleta, sin embargo, debemos investigar para determinar realmente lo que sucedió”, comentó una fuente judicial.
Era mecánico
‘Luisito’, como le decían cariñosamente, tenía 41 años, era mecánico de motocicletas. Según la comunidad, siempre se le veía reparando algún automotor y con su familia.
“Yo cada vez que salía para el trabajo lo veía ahí afuera de la casa cacharreando motos. Él durante un tiempo se perdió, no estaba por aquí o yo no lo había visto la verdad”, dijo una vecina de la víctima.
Algunos de sus familiares, en medio de su dolor, aseguraron que era la alegría de todos, pues contagiaba siempre con su sonrisa. Sin embargo, frente al hecho, prefirieron guardar silencio.
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