El Ejército de Liberación Nacional (Eln) tiene tanto control en la frontera que ni la Policía ni el Ejército han podido frenar las muertes violentas que allí se presentan.
Y es que una de esas trochas en donde ese grupo armado ilegal hace lo que quiere y asesina a cualquier hora del día o de la noche, es la conocida como La 51, de Villa del Rosario.
De día se puede observar cómo entran y salen personas de esa trocha, pero en la noche se convierte en un camino del terror.
Le puede interesar: A 'Muelas' lo capturaron por apuñalar a un hombre en el barrio Magdalena
Como de costumbre, integrantes del Eln atravesaron el río Táchira, cometieron el asesinato en Colombia y luego regresaron a Venezuela, como si nada hubiese pasado.
Sin identificar
La madrugada de ayer se registró el hecho más reciente. Eran las 2:00 de la mañana cuando algunos trabajadores de una estación de servicio que está por la vía Boconó y a escasos metros del lugar de los hechos, escucharon la detonación de varios disparos.
Sin pensarlo dos veces, alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) sobre la situación, pero no fue sino horas más tarde que los uniformados llegaron a verificar, encontrándose con el cuerpo sin vida de un joven en un camino polvoriento.
“Nosotros solo escuchamos, pero ninguno se atrevió a acercarse a mirar qué era lo que había pasado, esa es una trocha bastante delicada y es mejor cuidarse por esta zona tan compleja”, dijo uno de ellos.
La víctima vestía una franela negra, pantaloneta azul y tenis, también negros. Sus medias y zapatos estaban completamente mojados y embarrados, una clara señal de que lo hicieron pasar la frontera minutos antes de su asesinato.
El joven que, al cierre de esta edición, estaba sin identificar, presentaba por lo menos cuatro impactos de bala en su cuerpo. Las autoridades presumen que tendría por lo menos entre 20 y 25 años.
Lo que más llamó la atención de los uniformados es que en sus muñecas tenía las marcas de unos surcos de presión.
Conozca: En Cúcuta, una mujer fue a cobrar un arriendo y la asesinaron
Al sitio llegó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) a realizar la inspección técnica de la escena y el levantamiento del cadáver, encontrándose con tres vainillas de 9 milímetros.
Lo que se sabe extraoficialmente es que algunos hombres vestidos de negro, habrían sido los responsables del ataque a bala, pero luego de cometer el hecho, se perdieron sin dejar rastro.
El cuerpo de la víctima permanece en Medicina Legal a la espera de que aparezca algún familiar que pueda reconocerlo para darle cristiana sepultura.
Esta misma historia se ha repetido en varias oportunidades, no solo en este lugar, sino también en los otros pasos informales que rodean el área metropolitana de Cúcuta.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion