El asesinato de Alejandro Rafael Ochoa Sequea tiene un rastro lleno misterio, pues muy pocos sabían verdaderamente quién era él y por qué se encontraba viviendo en Cúcuta.
Ahora las autoridades judiciales tendrán que establecer si su pasado tiene que ver con su homicidio.
Según versiones, Ochoa Sequeda, conocido con el alias de Toto, habría llegado a la capital de Norte de Santander antes de la pandemia de la COVID-19, para esconderse y tratar de borrar lo que había hecho en Venezuela, porque presuntamente era buscado por las autoridades de ese país.
Algunos medios de comunicación venezolanos aseguraron que Alejandro Ochoa sería uno de los jefes de la banda de ‘Toto’ y ‘Zacarías’, una organización criminal que nació en 2013 y se consolidó como una de las más sangrientas de la zona minera del estado Bolívar.
“Su poder de fuego le ha permitido mantener el control de importantes minas auríferas de El Callao, específicamente en el sector conocido como El Perú. Lo sanguinario de sus actos hace que sean comparados con el Cartel de Sinaloa, en México”, se lee en un artículo hecho por una oenegé.
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Agrega: “A Alejandro Rafael Ochoa Sequea lo habían dado por muerto en 2016, como consecuencia de un operativo de la llamada Operación para la Liberación del Pueblo (OLP). No obstante, el cuerpo nunca se halló y habitantes de El Callao declararon para este informe que ‘Toto’ sigue vivo y tiene la capacidad de entrar y salir de Venezuela con facilidad”.
El segundo al mando de esa banda sería Eleomar José Vargas, alias Zacarías, según el informe, este un joven proveniente de Ciudad Guayana, quien ha sido identificado por periodistas y cuerpos de seguridad del Estado en fotos y videos en los que exhibe diversas armas largas. Ambos hombres se encuentran en la lista de los delincuentes más buscados de Bolívar”.
Sin embargo, una fuente reveló que Ochoa Sequea se alejó de ese mundo criminal y se vino para Cúcuta buscando un mejor rumbo para él y su familia.
El ataque armado
Aunque Alejandro Rafael creyó que todos sus problemas se habían acabado estando en la capital de Norte de Santander, no fue así, pues el sábado 30 de diciembre un sicario lo interceptó y baleó, cuando llegaba a su casa en el barrio Niza.
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El día del hecho se conoció que la víctima salió a una barbería en un centro comercial de la ciudad y cuando llegaba a su vivienda, en un taxi, el pistolero en moto no lo dejó bajar, disparándole en repetidas oportunidades.
Una vez cumplió su cometido, el sicario huyó, mientras que el taxista decidió auxiliar a Alejandro Ochoa y trasladarlo a una clínica cercana, donde murió el 1 de enero, al mediodía.
En un principio, las autoridades judiciales de Cúcuta identificaron a la víctima como Carlos Alexander Zambrano, pero luego de su muerte se conoció su verdadero nombre.
Después de conocerse su fallecimiento, un familiar del hombre, de 36 años, ayer estaba en la Fiscalía haciendo las diligencias necesarias para que le entregaran el cadáver y así darle el último adiós.
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En Chinácota capturaron a ‘Zacarías’
En noviembre de 2022, la Policía de Norte de Santander capturó a Eleomar José Vargas, alias Zacarías, junto con dos hombres más, Rogna Leiva, ‘El Cojo’, y Junior Omar Ochoa. Ellos fueron señalados de extorsionar a nombre del Eln en Chinácota, Ragonvalia, Labateca y Toledo.
Las autoridades señalaron en ese entonces que cuando ellos identificaban a sus víctimas, les decían que tenían que pagarles una ‘vacuna’, o de lo contrario sufrirían las consecuencias.
“Les mostraban sus armas y, al parecer, les decían que no querían llegar a extremos de atentar contra su integridad y la de sus seres queridos. Eso preocupaba a los comerciantes, quienes no tenían de otra que darles dinero”, indicó en ese entonces una fuente judicial.
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