Preparándose para darles el último adiós, los familiares de Sebastián Castrillo Villegas y Wendy Natalia Sánchez Ortega buscaban fortaleza para asimilar la situación que ahora viven, pues lo que debería ser un mes brillante y de festejo, se convirtió en un diciembre lleno de tristeza y dolor.
Sentado en una silla y apoyado de su esposa, el papá de Sebastián Castrillo, buscaba las palabras adecuadas para describir a ‘Sebas’, como le decían de cariño. Él era un joven con proyectos, sueños y metas que un accidente de tránsito hizo que quedaran en solo pensamientos.
Su hermana, con los ojos llenos de las lágrimas y la voz entrecortada, recordaba que antes del accidente, Sebastián le había avisado que ya iba para la casa, pero lo cierto fue que nunca llegó.
Minutos más tarde, en redes sociales vieron la noticia y la placa de la moto que ‘Sebas’ compró hace un mes. Así conocieron por qué el joven, de 21 años, no había llegado a la casa.
Sebastián y Wendy trabajan en un restaurante. Él atendía turnos como mesero, los fines de semana, pero también iba en sexto semestre de Ingeniería Civil, en la Universidad Francisco de Paula Santander, mientras que ella era una apasionada por el arte, además de bailarina y coreógrafa, y hoy empezaría a laborar como profesora de baile de una academia en Cúcuta, donde compartiría con gusto esa pasión que la movió por años.
Un humilde servidor
Precisamente, por esa forma de ser tan agradable, ayer, en el barrio Toledo Plata, los vecinos acompañaban a la familia de Sebastián Castrillo, antes de salir al lugar donde lo estaban velando.
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“Él era muy juicioso, de la universidad a la casa y de la casa al trabajo. Soñaba con hacer grandes cosas por nosotros. Él mismo cubría sus gastos, y además nos ayudaba”, aseguró el angustiado papá.
Al no contenerse, el hombre se llevó las manos a su cabeza, al sentir la impotencia de no poder estar cerca de ‘Sebas’, por última vez.
Minutos después se acercó un vecino, quien trabajaba activamente con el joven por la comunidad. En las pasadas elecciones, ‘Sebas’ ayudó a un candidato a la Alcaldía de Cúcuta, encontrándose con cosas importantes y necesarias, que dentro de cuatro años quería aspirar a un cargo público por elección popular.
“‘Sebas’, antes de las elecciones esperaba viajar y salir de Cúcuta, pero su mentalidad había cambiado cuando se dio cuenta de que acá habían cosas por hacer. Nos decía que dentro de cuatro años, él se lanzaría al Concejo”, contó la mamá del joven.
Ahora, su hermana, de 18 años, la que era su consentida, sabe que el vacío es imposible de asimilar.
Para cualquiera que decidiera hablar sobre Sebastián era imposible controlar las lágrimas. “Él me decía, vamos a ver como trabajamos, porque él quería postularse al Concejo. Él era un líder”, aseguró un vecino.
“Él llegaba a la universidad y a veces se quedaba dormido, porque trabajaba de noche, el sacrificio que hacía era de admirar para su familia. Una vez que yo hablé con Sebastián me decía, tía yo quiero estudiar, superarme y ayudar a mi familia”, aseguró una de las tías.
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Era bailarina
En la sala de velación, donde reposaba el féretro de Wendy Sánchez, sus familiares la acompañaban por última vez, su hermano recordaba que antes del siniestro vial, ella estaba feliz, como todos los días, pero ahora más, porque se aproximaba su cumpleaños. Mañana, 20 de diciembre, cumpliría 25 años.
Además, después de ser durante años bailarina, moverse en el escenario con pasión y hasta llegar a ser jurado, hoy empezaría a dar clases de baile en una academia.
“Le gustaba compartía la alegría con todos. A ella le gustaba que la vieran y siempre estaba preparada para verse linda”, explicó el hermano de Wendy.
La joven estudiaba psicología en la Universidad de Pamplona y ya había terminado el primer semestre.
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