Sergio Andretty Duplat Fernández durante varios años fue admirado por su inteligencia. Desde muy joven sobresalió en los planteles educativos donde estuvo en Cartagena, Cúcuta y España, pero su primer contacto con la droga lo llevó por un mal camino, que tuvo un final fatal a los 30 años, porque presuntamente una sobredosis acabo con su vida.
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Los narcóticos le truncaron hasta su carrera de derecho, dejando a su familia destrozada y triste.
A Duplat Fernández lo encontraron muerto hace cuatro días, a las 2:00 de la mañana. Un cuadrante de Policía lo halló tendido boca abajo y con una fuerte herida en su cabeza, la calle 5A con Avenida Los Libertadores, del barrio Colsag.
Los uniformados al verlo, lo trasladaron a un centro asistencial, pero minutos más tarde falleció. Al principio, al hombre no lo pudieron identificar.
Pero dos días después, sus familiares se acercaron a la Fiscalía para hacer el proceso de reconocimiento, su mamá le contó a La Opinión que él habría tenido una sobredosis y por eso se golpeó la cabeza.
Desde que sucedió el hecho, entre varios grupos de amigos de la Universidad Francisco de Paula Santander, donde la víctima estudió tres semestres de derecho, se decía que Duplat, a quien conocían cariñosamente como ‘La Cabra’, lo habían encontrado sin signos vitales.
‘Parecía superdotado’
La triste madre, ayer, mientras hacía los trámites para que le entregaran el cadáver de su hijo que aún permanecía en la morgue de Cúcuta, al lado del Cementerio Central, recordaba con nostalgia los títulos, las ovaciones y los comentarios positivos que los maestros le daban sobre él, especialmente por su capacidad de oratoria, convencimiento y liderazgo.
“Era muy cariñoso con todas las personas que conocía y muy líder, de esas personas que convencen a los demás de hacer cosas y moverse, lo que más me dicen las personas que lo conocieron es que a él le agradecen mucho sus consejos en momentos difíciles. Era una persona muy particular”, sostuvo la mujer.
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Él se destacó en sus estudios desde tercero primaria, según recuerda su mamá, en una semana científica que hicieron en una escuela de Cartagena, donde estudiaba, le otorgaron un diploma por su participación, especialmente porque su exposición sobre los dinosaurios había cautivado a muchos padres de familia que atiborraban la mesa en la que el joven Duplat tenía su información del tema.
“La gente pasaba y pasaba de nuevo, él siempre fue muy inteligente, además de expresivo, después de esa escuela fuimos a Cúcuta y en medio de una exposición, una profesora lo llamó para que participara en un concurso de oratoria en la UFPS, donde iban estudiantes de todos los colegios de la ciudad, él quedó de segundo lugar en ese entonces”, recordó la mujer.
El espiral de la droga
Sergio Duplat era hijo de padres separados, y debido a que su madre tuvo que viajar a España para trabajar cuando él tenía 15 años, estuvo durante año y medio viviendo con su padre en Maracaibo, en Venezuela, pero al volver a Cúcuta con su madre, ya había tenido el primer contacto con la droga.
“Cuando volvimos a vivir juntos, él ya había probado la marihuana, lo que supimos es que una universitaria lo había iniciado en esa droga y cuando llegó, nosotros le dijimos que no podía hacer eso, entonces no fumaba, pero se enojaba con nosotros y a los meses decidió irse a vivir con su abuela”, explicó la mamá de Sergio.
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A medida que pasaba el tiempo, y veían que Sergio Andretty Duplat seguía en el mundo de las drogas, su madre y su pareja decidieron presentarlo al Ejército, cuando tenía 18 años.
“Nosotros solo fuimos a que él viera las instalaciones, y como un tío le habló de la Fuera Aérea, a él le gustó la idea y estuvo en sus filas varios meses. Cuando llegó empezó a estudiar en la universidad, y ya había dejado las drogas, hasta regañaba a las personas que veía fumando cerca de él, pero al cabo de un tiempo siguió consumiendo”, aseguró la madre.
A pesar de que su padrastro, según ella, le ofreció a Sergio Duplat la oportunidad de vivir en una habitación y estudiar derecho en la UFPS, con el tiempo, las ‘malas juntas’ llevaron a que el hombre cada vez más descuidara el estudio por estar en la calle, y finalmente dejó la universidad.
Varios allegados a ‘La Cabra’ resaltaron lo bueno que era para jugar ajedrez, hablar de política y dar consejos, pues según ellos, su oratoria podía desenvolverse por horas en cualquier tema.
“Un pelado loco y soñador, militar de formación, anarquista como estilo de vida, abogado de profesión y habitante de la calle por adversidades de la vida. Lo recuerdo luchando siempre a pesar de todo, buen viaje a la eternidad, mi hermano. Me quedan de recuerdo todos los libros que intercambiamos y las miles de discusiones sobre anarquía, marxismo y geopolítica”, dijo uno de sus allegados en redes sociales por la muerte de Sergio Duplat.
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