Las autoridades investigan si el asesinato de Michael Stiwar Londoño Gutiérrez, ocurrido la noche del lunes, se dio entre la disputa que mantienen las bandas dedicadas al microtráfico, que delinquen en el barrio La Victoria.
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“En la cuadra donde él fue asesinado (la calle 6 con avenida 5) funciona la ‘olla de la malla’, metros más adelante hay otro lugar de expendio, por eso se está analizando qué hacía la víctima allí cuando la asesinaron”, indicó una fuente judicial.
Se conoció que en esa zona de la ciudadela Juan Atalaya tiene injerencia ‘Porras’, un microtraficante que se las ha ingeniado para hacer de las suyas en la ciudad pese a estar en prisión.
Este delincuente sería el jefe de una red de expendedores y en esa zona tendría a una persona de confianza manejando el microtráfico, por eso los investigadores que asumieron el caso, recolectan evidencias para establecer si él tiene alguna responsabilidad en el asesinato.
El homicidio reciente
Ayer, los familiares de la víctima, de 21 años, que trabajaba en una ferretería del centro de la ciudad, lamentaban la muerte, pues para ellos es un dolor muy grande afrontar esa situación.
Una hermana de Michael Stiwar Londoño recordó que él llegó a su casa, hacia las 5:00 de la tarde, se bañó y se cambió de ropa, luego salió a pie con dirección al lugar de los hechos, donde iba a encontrarse con unos amigos suyos.
Hacia las 7:00 de la noche, mientras Londoño y sus acompañantes estaban sentados en un andén de esa cuadra oscura y solitaria, dos hombres llegaron a pie y, uno de ellos, le disparó en tres oportunidades, en la cabeza y el hombro derecho.
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Algunos testigos indicaron que uno de los responsables llevaba puesta una camisa roja, el otro una de color blanco, y que luego de cometer el hecho huyeron por unas escaleras de cemento con dirección al barrio Los Alpes.
“Dos ‘pelados’ que estaban ahí sentados desde hacía varias horas, corrieron y luego se escucharon los tiros, nosotros nos encerramos y al salir vimos a un joven tirado con varios impactos de bala”, dijo un habitante del sector.
Michael Stiwar fue auxiliado por unos vecinos, quienes se lo llevaron en una motocicleta hasta el Policlínico de Atalaya, pero por la gravedad de sus heridas, lo trasladaron en una ambulancia hasta el Hospital Universitario Erasmo Meoz.
Mientras eso sucedía, unas personas llegaron a la casa de la víctima y les dieron la noticia a los familiares. Algunos de ellos salieron con dirección al hospital, mientras que otros se quedaron en la vivienda esperando alguna información.
A las 9:00 de la noche, un médico les dijo a los familiares que Londoño Gutiérrez había muerto. Esa noticia provocó que se protagonizara una escena de dolor.
En el lugar de los hechos los integrantes de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) no encontraron vainillas, en el sitio tampoco hay cámaras de seguridad que registraran el hecho.
El dolor de la familia
Ayer, en la mañana, en la casa donde Michael Londoño vivió toda su vida, al lado de sus familiares, había dolor y tristeza.
Amigos y familiares se abrazaban y lloraban de manera desconsolada, mientras que otras personas quitaban los muebles de la sala, barrían y trapeaban, para abrirle espacio al féretro, las sillas y otros elementos usados para velar al joven.
“Él era una persona trabajadora, el único defecto era que consumía marihuana, de resto no se metía con nadie y nunca llegó a decir que tenía amenazas. Es muy triste todo, porque apenas el lunes llegó de trabajar en la ferretería, cuando todo sucedió”, indicó la hermana de Michael Stiwar en medio de las lágrimas.
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