Mientras que el miércoles, en la mañana, se adelantaba un consejo de seguridad en la Alcaldía de El Zulia, con la presencia de altos mandos militares, en aras de fortalecer el orden público de ese municipio del área metropolitana de Cúcuta, a una hora de ahí, mataban a dos hombres en la vereda Casa Blanca.

El hecho se presentó a las 11:00 a.m., cuando Wilmer Oswaldo Jaimes Fuentes, de 38 años, y William Andrés Montes Moncada, de 20, se encontraban en un taller de mecánica de motos departiendo con algunos amigos.

El taller, del que Jaimes era dueño y en el que laboraba Montes como mecánico, está ubicado en la zona rural de El Zulia, a escasos metros de La Ye de Astilleros.

“Lo único que sabemos es que dos tipos llegaron en una moto, el parrillero se bajó y no dijo absolutamente nada, simplemente empezó a dispararle al señor y al muchacho”, comentó una persona cercana a la familia de una de las víctimas.

Minutos más tarde, una vecina del lugar llegó hasta la subestación de Policía de La Ye para alertar a los uniformados sobre lo que había sucedido, sin embargo, dos funerarias se encargaron de recoger los dos cuerpos y trasladarlos hasta Cúcuta.

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“De los matones no se sabe nada, ellos se fueron y nadie se dio cuenta para dónde, porque en ese momento pensaron fue en los dos hombres asesinados”, dijo una mujer que reside en el sector.

Según la comunidad del sector, existe una banda delincuencial conformada por ciudadanos extranjeros quienes, al parecer, se dedican a cobrar una ‘vacuna’ a los comerciantes.

Al parecer, las víctimas no habrían accedido al capricho de los delincuentes, lo que podría haber desencadenado la tragedia.

Los recuerdan con cariño

Ayer, los familiares de las víctimas esperaban afuera del Búnker de la Fiscalía la orden de entrega del cadáver para poder sacarlo de Medicina Legal. En sus ojos se notaba la tristeza, la impotencia y el dolor por el vil doble asesinato de sus seres queridos.

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Los parientes no entendían las razones del crimen, pues Wilmer Oswaldo Jaimes y William Andrés Montes no habían recibido ningún tipo de amenaza ni tenían inconvenientes con alguien.

“El hermano Wilmer (le decían así por la religión que profesaba) era un gran hombre, lo recuerdo por ser mi consejero, una persona que siempre estaba dispuesta a guiarme cuando tenía problemas, no entiendo por qué le hicieron eso (…)”, comentó un amigo de la víctima.

Asimismo, el hombre añadió que William Montes “era un joven muy trabajador, padre de una niña de un año y era natural de El Zulia. Le gustaba la mecánica y llevaba tiempo trabajando en el taller”.

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