La advertencia
Algunos familiares de Juan Duarte aseguraron que a pesar de que su ser querido había sido advertido de no ir al territorio venezolano, al parecer, por negarse a pagar una extorsión, él decidió ir a trabajar, para conseguir el sustento de su familia.
Según se conoció, él traía repuestos de carros desde Ureña para venderlos en Cúcuta. Además, traía cualquier encargo que le hacían.
“Él era una persona muy noble, no se metía con nadie, más bien trataba de ayudar a todo el que lo necesitaba”, recordó una familiar de la víctima.
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Asimismo, familiares y amigos hicieron un llamado a las autoridades para que se investigue el hecho y los responsables sean capturados.
“Tienen que dar con los responsables, para que termine esa violencia, todos los días las familias sufren y no hacen nada para controlar todo esto”, insistió
Juan Duarte dejó un hijo de 12 años. Sus familiares echarán de menos la alegría y el carisma de su ser querido.
De manera extraoficial se conoció que Robinson Mora, de 42 años y oriundo de San Alberto (Cesar), también trabajaba con repuestos de vehículos, para surtir su taller en Cúcuta.
Mora Osorio también dejó un hijo. Los familiares ayer adelantaban los trámites para reclamar el cadáver y darle el último adiós.