La angustiosa espera terminó para la familia Aníbal Germándesde el pasado 4 de marzo, cuando el Instituto de Medicina Legal le notificó que los restos óseos hallados en noviembre de 2020, en el Anillo Vial Occidental, sí pertenecían a Aníbal Germán.
Lea: Dos hombres encapuchados quemaron un almacén de bicicletas en Cúcuta
Durante estos dos años y cuatro meses los intentos de los dolientes para que las autoridades les siguieran el rastro a los responsables del crimen, fueron en vano.
“Se acabó la búsqueda de mi hermano, al que encontramos tarde. Nunca fuimos escuchados por la Fiscalía, no tuvimos respuestas, solo espero que no vuelva a suceder otra negligencia de parte de las autoridades y los culpables sean buscados y paguen por lo que hicieron”, dijo una de las familiares de Aníbal.
Los dolientes aseguraron que, a pesar de haber entregado material probatorio contra los presuntos autores del crimen, las investigaciones no tomaron el camino que esperaban y por eso no se tuvieron avances.
“Queremos que la investigación de los hechos se haga como debe ser, que toda la información y evidencias que entregamos a la Fiscalía se trabajen, los culpables están totalmente identificados y aún así, están en la calle, amenazan a mi familia, pero no nos callaremos hasta que se haga justicia”, insistió la familiar de la víctima.
El hecho
La mortal historia se inició desde julio de 2020, cuando Aníbal Guardián, quien tenía 36 años en ese momento, llegó a Cúcuta proveniente de San Cristóbal (Venezuela), junto con su pareja, para mercar y devolverse a la capital del estado Táchira.
Sin embargo, Aníbal Germán decidió irse con cuatro amigos hacia la vereda San Isidro, de San Cayetano, que está ubicada en el Anillo Vial Occidental y no permitió que su pareja lo acompañara.
Al parecer, estas personas tenían comunicación previa con Guardián Núñez, por presuntos negocios de unos vehículos.
Entérese: 15 balazos para el 'Diablo' en San Luis
Desde ese momento el rastro de Aníbal se perdió y solo algunas horas después, en medio de evidentes gestos de ebriedad, los conocidos de la víctima regresaron al hotel donde se hospedaba la pareja y le aseguraron a la mujer que debía devolverse para Venezuela, porque a él se lo había llevado la guerrilla y no sabían si estaba vivo o muerto.
Cuatro meses después de la desaparición de Guardián Núñez, las autoridades hallaron unos restos humanos con prendas de vestir iguales a las que él llevaba puestas el día que salió con sus amigos.
En ese momento, los familiares reconocieron la ropa de su ser querido y otras pertenencias, pero debían esperar el proceso de antropología de Medicina Legal, para confirmar el hecho.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion