Con la consigna de trabajar cuatro meses en Tibú para poderle comprar un aire acondicionado a su madre en Venezuela, José Alfredo Urdaneta Sánchez emprendió un viaje desde el estado Zulia hasta el corazón del Catatumbo sin imaginar que nunca regresaría, pues dos meses más tarde se encontraría la muerte.
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Ayer, su padre con tristeza y dolor trataba de entender cuál podría ser la razón para que desconocidos lo asesinaran a disparos en la madrugada del domingo, cuando la víctima tomaba unas cervezas en un establecimiento ubicado en el kilómetro 28 de la vía Tibú – La Gabarra.
“Tan ‘camellador’ que era, lo que más le gustaba hacer era andar en el campo trabajando. A Tibú se fue de obrero porque conocía mucho de eso. El patrón vio que era tan bueno que le dio hospedaje ahí mismo donde construía y mire, lo peor es que era la primera vez que iba”, manifestó un familiar.
Según el progenitor de José Alfredo, fue una casualidad que ellos se hubieran enterado del asesinato, pues al vivir en una zona rural de Venezuela, no habían tenido mucho contacto con su hijo en el tiempo que trabajó en Tibú, sin embargo, el día antes de que lo mataran, la víctima se encontró con una familiar de sorpresa.
“El día anterior (sábado) una prima de él lo detuvo cuando estaba caminando y le preguntó si no la reconocía, al poco tiempo José la reconoció y hablaron. Después de eso ella lo invitó a que pasara la noche en la casa de ella, pero antes de dormir mi hijo salió a tomar unas cervezas, ya en la madrugada la prima nos comentó que escuchó varios impactos de bala, y cuando salió al otro día lo encontró ahí tirado en la vía”, sostuvo el padre.
Esa misma mañana del domingo, sus familiares fueron alertados y reunieron dinero para que viajaran a hacer las diligencias y lograr enterrarlo en el vecino país.