“Decidí estudiar Comunicación porque siempre fui una niña a la que le gustaba hablar con las demás personas, saber de ellas. En el colegio me encantaban las clases de sociales y lenguaje, entonces me fui encarrilando por ese lado, también me gustaba mucho presentar”, dice, siempre serena, siempre tranquila, antes de contar que, durante sus prácticas profesionales en el noticiero Televista (Telecaribe) creció “muchísimo, como persona y como profesional”, le reveló al periódico El Universal de Cartagena.
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Cree que su mayor r virtud es la empatía. “No me gusta juzgar a las personas. Siento que si todos tuviéramos la capacidad de entender las situaciones y experiencias de las demás personas, el mundo sería un lugar mejor, sin tantos prejuicios. Si no juzgáramos a los demás... Uno no sabe qué luchas tienen las otras personas. No podemos estar siempre fijándonos en lo negativo, porque uno no sabe qué luchas tienen las otras personas”.
Y el otro extremo de la Señorita Colombia... “Soy una persona muy perfeccionista. Siempre he luchado por lo que quiero hasta conseguirlo. Eso hace que no estés satisfecho con lo que alcanzaste, lo cual no siempre está bien, porque tú eres quien tiene que felicitarse por lo que logras. Pero ser tan perfeccionista no es tan bueno a veces”.
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