En paralelo, la oficina del Gobernador de Nairobi también fue incendiada. Imágenes difundidas en redes y en medios de comunicación local mostraron a personas sacando muebles del edificio mientras un fuego ardía en su interior. Las protestas no se limitaron a la capital; se registraron disturbios en al menos 29 de los 47 condados de Kenia.
Las protestas vienen desde hace una semana, pues más de 300 personas fueron detenidas en Nairobi el pasado martes, cuando la policía dispersó las marchas con gases lacrimógenos y cañones de agua. El jueves pasado, al menos 105 personas fueron arrestadas en todo el país, y 200 resultaron heridas en la capital, incluyendo la muerte de dos manifestantes.
El proyecto de ley de finanzas, que aún requiere una votación final, propone nuevos impuestos, como un IVA del 16% al pan y un 2.5% a los vehículos de motor, además de aumentar algunos impuestos existentes como el del servicio de transferencia de dinero móvil. Estas medidas tienen como objetivo recaudar 2.700 millones de dólares adicionales para reducir el déficit presupuestario y el endeudamiento estatal. Sin embargo, la población argumenta que estas cargas fiscales solo incrementarán la pobreza y el costo de vida.
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El presidente del Comité de Finanzas y Planificación de la Asamblea Nacional, Kimani Kuria, anunció que se eliminarían algunos de los impuestos más controvertidos, como el IVA al pan, tras una reunión presidida por Ruto. A pesar de estas enmiendas, el descontento popular continúa creciendo.
La situación sigue siendo tensa y la nación permanece en vilo mientras se espera la votación final del proyecto de ley. La comunidad internacional observa de cerca el desarrollo de estos eventos, preocupada por la estabilidad y la seguridad en el país africano.
*Información tomada de El Colombiano.
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