La palestina Basma Aweidat estuvo llorando dos semanas tras recibir la devastadora noticia de que las fuerzas israelíes habían matado a tiros a su hijo Thayer en Cisjordania, hasta que la avisaron de que en realidad éste seguía vivo.
El joven, de 28 años, había resultado herido pero se encontraba en un hospital de Israel, le explicaron por teléfono al cabo de 15 días.
"No podía creer lo que me decían", recordó Basma.
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En medio del caos por la creciente violencia en el conflicto israelo-palestino en Cisjordania, las historias traumáticas de errores de identidad son raras pero no únicas.
En el caso de Thayer Aweidat, el ejército israelí lanzó el 6 de febrero una incursión al campo de refugiados Aqabat Jabr, cerca de la ciudad cisjordana de Jericó, en busca de sospechosos acusados de atacar a israelíes.
El ejército afirmó que mató a cinco "terroristas" y un oficial de seguridad israelí indicó a AFP que las fuerzas armadas tenían los cuerpos de los palestinos muertos.
La Autoridad Palestina, que dijo haber sido informada por las autoridades israelíes, anunció que entre los muertos estaba Thayer Aweidat, miembro del brazo armado del movimiento islamista palestino Hamás.
Su fotografía apareció en afiches colocados en los muros del campamento junto a otros "mártires palestinos". Los mensajes de condolencia no tardaron en llegar.
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Conmoción
Dos semanas después, sonó el teléfono de Basma Aweidat.
Era una prima suya, la madre de Alaa Aweidat, un joven reportado como herido en la misma incursión y que había sido trasladado al hospital Hadassah de Jerusalén.
Pero al visitarlo al hospital, la mujer se percató, conmocionada, de que el herido no era su hijo, sino Thayer Aweidat.
Herido por los disparos, estaba grave y en coma.
"No podía creer que estuviera vivo", aseguró Basma, quien solicitó permiso para visitarlo en Israel.
"Lo vi con la cabeza vendada y el cuerpo con varias heridas. Intenté hablarle pero no respondió", contó.
Cuando regresó a su casa, en Aqabat Jabr, los mismos vecinos que le habían transmitido sus condolencias días antes, volvieron a visitarla.
"Las mujeres del campamento empezaron a venir para felicitarme porque mi hijo está vivo", recordó Basma.
A su esposo, Jaled Aweidat, no le han dado el permiso para visitar a su hijo.
"Por lo que me dice mi esposa, está grave y pueden avisarnos de su muerte en cualquier momento", comentó.
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En cuanto a Alaa Aweidat, se desconoce su paradero.
Un familiar le dijo a la familia que lo vio con vida en una ambulancia israelí el 6 de febrero, después de los incidentes en Aqabat, pero desde entonces no han sabido nada más.
El ejército se limitó a confirmar que tienen cinco cuerpos del allanamiento del 6 de febrero.
Consultados por AFP sobre un posible error, ni el ejército ni la policía ni el COGAT -órgano del Ministerio israelí de Defensa a cargo de asuntos civiles en los Territorios Palestinos pudieron aclarar los motivos de la confusión.
En octubre, una historia similar se dio en el campo de refugiados de Jalazun, cerca de Ramala, también en Cisjordania.
La familia Basbus se pasó dos días llorando por la muerte de su hijo Bassel, luego de que fuentes palestinas les dijeran que había muerto a manos del ejército israelí cerca de Ramala mientras conducía con otras dos personas, que también murieron.
Pero no estaba muerto.
"Yo estaba inconsciente y me desperté dos días después en el hospital, con grilletes en piernas y manos", declaró Bassel Basbus.
La familia recibió una llamada de una amiga que conocía a alguien en el hospital israelí Shaare Tzedek, de Jerusalén.
"Ella me llamó para decirme (...) que Bassel aún estaba vivo", contó su madre, Ataf Basbus.
El hospital indicó en un comunicado que, "debido a su condición, parece que hubo alguna confusión sobre su identidad antes de ser admitido para tratamiento".
"Los israelíes nos tratan como números, no les importan nuestras familias", denunció Ataf Basbus. "A mi hijo le dispararon y estuvo 18 días en el hospital antes de que lo dejaran irse, pero a nadie le importa si no hizo nada", añadió.
Bassel Basbus aún recibe tratamiento por las heridas en la pierna y mano en un hospital de Ramala.
Apodado primero el "mártir heroico", como todos los palestinos abatidos por las fuerzas israelíes, ahora le llaman "el mártir vivo".
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