ara Jonathan Ormiga, de 22 años, recorrer los paisajes de Norte de Santander en motocicleta fue siempre un sueño, que desde muy corta edad quiso cumplir.
Lo logró hace más de un año, cuando descubrió que en Cúcuta estaba ‘Apoyo Motero’, un grupo de personas que comparten su pasión por el viaje y la velocidad.
Para el archivista, su pasión por recorrer diferentes municipios de Norte de Santander, en su motocicleta AKT-TTR180, lo llenó de tanta emoción, que lo convirtió en un estilo de vida. Logró visitar lugares que no creía que existían en el departamento.
Su viaje favorito, el cual le fue difícil escoger, porque para él todos han sido excelentes, fue el de la Laguna de Cacota. “No sabía de este espacio. Visitarla y darse cuenta de que acá hay espacios hermosos, que se deben conocer, es fabuloso”, comentó Ormiga.
El sentimiento de querer que en Colombia y otros países conozcan la hermosura de los paisajes nortesantandereanos, lo comparten quienes hacen parte de los grupos de moteros, que buscan hacer del departamento un espacio turístico.
Su meta es que personas de otras partes de Colombia, e incluso extranjeros, arriben a municipios como Chinácota, Toledo, Lourdes, entre otros, para fotografiar paisajes y animales; probar su gastronomía y llevarse un recuerdo de que se pasearon por una tierra paradisíaca.
“La monotonía de la ciudad no se compara con salir en motocicleta a las 4:00 de la mañana y sentir el cambio de clima de Pamplona, por ejemplo, sentir que no está atado a un trabajo”, sostuvo Jonathan Ormiga.
Los ‘moteros’ o ‘bikers’ son una comunidad que en Norte de Santander se divide en diferentes grupos y clubes, que integran a más de 170 apasionados por los viajes y la aventura. Fuera de lo que muchos pensarían, que son desocupados sin trabajo, son personas que vieron en viajar un distractor para el estrés laboral y el bullicio de la ciudad.
Para ser motero se necesita tener diferentes elementos de protección: rodilleras, coderas, cascos, chaleco y mantener la motocicleta con todos los papeles al día. Pues se trata de una actividad, que no se aleja del peligro de algún accidente de tránsito.
Ellos abren su agenda y se aventuran en ‘rodadas’, como le dicen a los viajes por diferentes lugares. Son organizados, en las excursiones llegan a usar radios, para que se comunique quien va adelante y atrás del grupo, sobre las paradas y peligros en la vía.
No se necesita una motocicleta específica. “Hay personas que han viajado América Latina en una BWS, imagínese, una ‘motico’ de esas”, señaló este apasionado de los viajes en moto.