El dramático instante
Desde tempranas horas de la mañana del domingo, los campesinos comenzaron a llegar para mostrar los emprendimientos y participar de la fiesta organizada por la administración local.
El alcalde, quien despacha a control remoto, había encomendado a los subalternos ultimar detalles del evento musical y los grandes premios para rendir homenaje a las personas que labran la tierra.
Por fallas mecánicas no llevó la camioneta asignada por la Unidad Nacional de Protección, pero sí los tres escoltas con el firme propósito de retomar el programa de gobierno en la recta final. “Me fui en un carro particular y sentí un ambiente pesado de gente extraña. Ingresé con mi esposa y la hija menor de 10 años al Palacio Municipal y cuando revisaba unos documentos escuché los primeros disparos desde el cerro de la Santa Cruz”, anotó Álvarez.
Se imaginó que iban a atentar contra él en la carretera, pero fue sorpresa al entrar en otro carro, lo que despistó a los agresores. “Fue tremendo porque mi esposa e hija se metieron debajo de los escritorios y demoramos una hora para buscar una ruta de evacuación segura. Gracias a Dios no hubo víctimas humanas por la pronta intervención de la Policía y el Ejército”, indicó.