En el marco de la conmemoración de los 454 años de historia de Ocaña, un importante evento ha tenido lugar: integrantes de la Academia Nacional de Antropología visitaron la región con el propósito de fomentar el turismo arqueológico en esta zona del país. La presencia de los reconocidos antropólogos Roberto Lleras y Pablo Pérez marca un hito en los esfuerzos por resaltar el legado histórico y cultural de Ocaña.
Durante su estancia, Lleras y Pérez recorrieron el museo de la Gran Convención y llevaron a cabo un detallado análisis de las figuras grabadas en la emblemática Piedra Gorda. Este petroglifo, tallado por los antiguos habitantes de la región, ha despertado el interés de los expertos, quienes buscan patrocinar estudios para desentrañar los misterios de las huellas de los antepasados.
“Ocaña cuenta con un potencial excepcional en cuanto a tesoros arqueológicos escondidos, los cuales podrían ser aprovechados para fortalecer el turismo, una industria sin chimeneas que podría dinamizar la economía local”, afirmaron los antropólogos.
El presidente de la Academia de Historia, Luis Eduardo Páez García, destacó la presencia de los ilustres visitantes durante la sesión solemne en conmemoración de los 454 años de fundación de la ciudad. En esta ocasión, los miembros de la Academia Colombiana de Historia realizaron un análisis preliminar del petroglifo de la Piedra Gorda, destacando su similitud con otros sitios turísticos de renombre en el país, como Tierradentro, San Agustín, las Piedras del Tunjo en Facatativá y la Sierra Nevada de Santa Marta.
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“Existen grandes oportunidades de generar un turismo arqueológico hacia sitios como El Hatillo, con un impacto positivo en la generación de divisas, tal como ha sucedido en otras regiones del país”, indicó Páez García. Además, destacó la importancia del Desfile de los Genitores, un evento tradicional donde se exhibe una réplica de la Piedra Gorda para rendir homenaje a los vestigios de los pueblos indígenas.
Potencial económico y cultural del patrimonio
Los promotores culturales subrayan que los sitios turísticos con elementos arqueológicos pueden convertirse en motores de desarrollo económico si se gestionan adecuadamente. “El interés que despertó la presencia de dos figuras destacadas en la comunidad de Transparencia I es un claro ejemplo de cómo estos tesoros culturales pueden impulsar el turismo arqueológico”, comentó Páez García.
En este sentido, se busca articular esfuerzos entre diferentes entidades, como la administración municipal, la Gobernación de Norte de Santander y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, para agilizar los trámites necesarios. Además, se está explorando la posibilidad de declarar el área como una reserva o paisaje ecológico del municipio de Ocaña.
Necesidad de investigación y protección
La declaración de Ocaña como un destino arqueológico requiere un estudio sistemático de la flora, fauna y elementos culturales de la zona. Actualmente, la región carece de un inventario actualizado de su patrimonio, situación que podría revertirse con la colaboración de universidades y expertos.
“En Ocaña hay numerosos sitios escondidos y olvidados que merecen ser mostrados al mundo. Faltan investigaciones en la zona rural, donde los caminos reales abiertos por los nativos guardan una riqueza histórica invaluable desde la época colonial”, enfatizó Páez García, quien instó a las autoridades a trabajar en rutas de turismo ecológico y arqueológico.
Martha Pacheco García, vigía del patrimonio cultural en Ocaña, expresó su gratitud hacia los antropólogos y destacó el compromiso de la comunidad del barrio Transparencia I, donde se encuentra la Piedra Gorda. “Es admirable cómo los vecinos cuidan y mantienen despejado el camino hacia el petroglifo, apropiándose de su significado histórico. Las charlas impartidas por los expertos despertaron conciencia sobre la importancia de conservar este patrimonio”, puntualizó.
Por su parte, Mario Castellanos Chinchilla, promotor cultural, lamentó el abandono de los vestigios arqueológicos por parte de las autoridades locales y resaltó la necesidad de realizar estudios que determinen los mensajes que los antepasados quisieron transmitir a través de los petroglifos.
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Finalmente, Castellanos instó a la activación de un plan especial de protección patrimonial que contemple las antiguas rutas utilizadas por tribus y conquistadores hacia la cuenca del río Catatumbo. Estos caminos no solo conectan a Ocaña con su historia, sino que también podrían posicionar a la región como un destino destacado para el turismo arqueológico y ecológico a nivel nacional e internacional.
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