El dolor de los desplazados
La crisis humanitaria ha dejado una huella profunda en las comunidades. En la más reciente diligencia, 37 personas procedentes del corregimiento de Guamalito, en el municipio de El Carmen, dieron su testimonio sobre el asesinato de un familiar cercano. Según Bohórquez, la inseguridad y la falta de garantías hacen imposible plantear un retorno voluntario de los desplazados. “Los enfrentamientos pueden estallar en cualquier momento, dejando a los campesinos atrapados entre el fuego cruzado”, advirtió.
Las organizaciones sociales también han alzado la voz. Alba Luz Trigos, lideresa de la Red de Mujeres del Catatumbo, expone la incertidumbre de los desarraigados. “En el primer mes se mitigó la emergencia con la adecuación de un albergue temporal y atención psicosocial. Pero la pregunta es: ¿qué viene después? Se necesita una solución estructural”, señala Trigos, quien insiste en la urgencia de un proyecto de vida para quienes han sido expulsados de sus tierras.