La gran riqueza que aporta el declarar como árbol emblemático de la ciudad al barbatusco se evidencia, con particular énfasis, en sus aportaciones a nivel gastronómico.
Es una comida perteneciente y única de la región desde tiempos inmemoriales, incluso desde la época de los indígenas como se narran en las crónicas.
En la actualidad, en Ocaña se sigue usando en Semana Santa, la flor del llamado barbatusco para preparar un alimento típico, según indica el presidente de la Academia de Historia, Luis Eduardo Páez García.
Además de proteger al medio ambiente, se recupera un rico patrimonio histórico y cultural que se viene perdiendo, pues las nuevas generaciones nunca han comido esa flor.
Ese día se pueden llevar a cabo eventos gastronómicos de la comida tradicional ocañera en torno a la flor del barbatusco, así como exposiciones de comida experimental con esta flor como pueden ser hamburguesas, pizas, lasaña, empanadas, pastelitos, sushi, comidas rápidas, pastelería, dulcería y otro tipo de platos y bebidas, entre otros.
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