Los jóvenes toman las banderas de la convivencia pacífica y muestran a través de piezas audiovisuales los aspectos positivos para restituir el tejido social de los convulsionados territorios en la zona del Catatumbo.

Los relatores de paz fortalecen los hilos narrativos de experiencias significativas para recuperar el núcleo primario de la sociedad como es la familia y así generar confianza entre los visitantes.

‘Catatumbo Audiovisual’ es una oportunidad de reconocernos unos a otros, entendiendo que, en medio de las diferencias, no somos tan diferentes; generar empatía e intercambio cultural, la posibilidad de avanzar juntos en un papel protagónico dentro de la sociedad, indican los organizadores del programa.

Jóvenes de los municipios de Teorama, Ábrego, Convención, El Carmen, Tibú, Cáchira y Ocaña hicieron parte del Primer Festival de cine Catatumbo Audiovisual, que se dio en la región como un ejercicio académico y de circulación de contenidos que se producen para contar el territorio.

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La actividad liderada por el Centro Regional de Medios se dio gracias a un proyecto respaldado por el Ministerio de las Culturas, permitiendo animar a quienes relatan las regiones y le aportan a la paz.
 

Una visión distinta de la región

“El Catatumbo no es como lo pintan donde lo muestran similar a una película de terror, existen riquezas dignas de proyectar”, dijo el director de la producción audiovisual, Yesid Navarro Arenas.
 
El museo Antón García de Bonilla fue el escenario propicio para proyectar las historias enfocadas a crear conciencia sobre la reconciliación de los pueblos.

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“Es un encuentro de aprendizajes y experiencias que nos conecta con nuevas historias. Nos alegra recorrer este camino con jóvenes emprendedores e inquietos con la sensibilidad de ver más allá de lo evidente y el interés de relatar las historias de al lado que hacen parte de nuestro territorio”, dijo la directora del proyecto, Janice Guerrero Arévalo.
 

Una ventana con el Catatumbo 

El Centro Regional se ha destacado por su papel articulador entre las emisoras comunitarias de la región, la formación audiovisual a colectivos juveniles y su compromiso con la visibilización de las acciones que construyen paz en el territorio.

En la primera jornada de la agenda académica, el docente Carlos Eduardo Navarro Soto lideró el taller “Fotografiémonos, hagamos de los momentos nuestro mejor retrato”, reflexionando sobre el valor de las imágenes y el mensaje que se puede transmitir con ellas.  “Contemos las historias de al lado” fue el segundo momento a cargo de los productores audiovisuales Eliseo Páez y Duván Felipe Jaime.  

Este renglón académico fue una experiencia de valor para los relatores de paz, que dio paso a una práctica de filminuto, así como a un recorrido de la memoria en silencio en el barrio Brisas del Polaco guiado por la líder juvenil Sandra Gómez, en donde luego de conocer la historia del sector y los acuerdos de paz comunitaria firmados en el mismo, se proyectaron los contenidos inscritos por los participantes. 

“Ponedles vida a tus historias a través del sonido”, fue un espacio dirigido por el voice over y tecnólogo en audio, Edwin Ortiz, quien compartió las características del sonido, la producción y la intención.

Asimismo, los jóvenes realizaron el recorrido por el Centro Intercultural de la Institución Educativa José Eusebio Caro, quienes se mostraron maravillados con el olor a historia y recuerdos que habita este lugar.  

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Los mosaicos de las promociones fueron de gran interés para ellos, buscando afinidad con algunos personajes e incluso con sus familiares. 

La clausura del evento fue una concentración en el Museo Antón García de Bonilla en el que se reconoció el trabajo de tres organizaciones, de acuerdo al veredicto del jurado que analizó las producciones inscritas.
 
Ricardo Rivero, por demostrar el potencial de los jóvenes para transformar sus realidades en Tibú.

José Manuel Pantoja, por visibilizar la fuerza de las mujeres caficultoras un grano para la paz del corregimiento de Otaré, comprensión rural de Ocaña.

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Alveiro Ramírez y el GAB (Grupo amigos de la Biblioteca), por resaltar la memoria y verdad de la vereda el Juncal de Teorama.

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