Acorralados, producto del miedo infundido por los grupos al margen de la ley, se encuentran habitantes de los municipios de la provincia de Ocaña y la zona del Catatumbo durante los últimos días.
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Los constantes hostigamientos, instalación de artefactos explosivos, grafitis en las paredes con propaganda subversiva, paros armados, enfrentamientos e intimidaciones mantiene en vilo a la población civil, que, en medio del fuego cruzado, clama el cese de los actos terroristas.
El caso más reciente se registró el pasado fin de semana en el municipio de San Calixto, donde un civil resultó herido y entidades como la Personería municipal sufrieron destrucción parcial de las instalaciones.
El personero de esa población, José Luis Franco Pinzón fue enfático al afirmar que las balas vienen de parte y parte, y es el pueblo el que queda entre el fuego cruzado. Le preocupa los señalamientos y recalca que ha sido neutral a la hora de reclamar los derechos de las víctimas.
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Temen un desplazamiento forzado de la gente que huye por los oleajes de la violencia. “Señor gobernador ¿por qué tan alejado de la situación, acaso San Calixto, Teorama, El Tarra, Convención y Hacarí no pertenecen a Norte de Santander?, preguntó Franco Pinzón.
“Estamos abandonados”
“Yo no soy supermán, un superhéroe para solucionar los grandes problemas sociales de la región y los alcaldes de los municipios están solos afrontando la alteración del orden público”, indicó el representante del Ministerio Público.
“Estamos preocupados por lo que ha venido aconteciendo en este municipio y prácticamente desde el 12 de octubre del año pasado que tuvimos la situación de la señora Salustriana, quien murió cuando salía de misa, no hemos tenido tranquilidad”, agregó.
Esos episodios dolorosos se repitieron el sábado anterior entre grupos armados organizados, la Policía y el Ejército. “Lamentable los hechos porque realmente, no entendemos cuál es el objetivo de esos actos violatorios. Atentan contra los bienes protegidos por el derecho internacional humanitario como la personería y no tenemos las herramientas para desempeñar labores”,
Indicó que los hostigamientos fueron bastante intensos, la iglesia Nuestra Señora del Rosario fue impactada y la casa hotel Luis Emilio Pinzón aledaña, afectando puertas, paredes y ventanales.
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Denunció la manera como un joven de la vereda Potrero Grande fue impactado en una de sus piernas y a un funcionario del hospital regional Emiro Quintero Cañizares un tiro por poco le quita la vida.
La alternativa es el diálogo
El personero indicó que el camino más viable es el diálogo donde expresen las inquietudes al Gobierno Nacional y organismos internacionales garantes de los procesos de paz.
Los afectados somos la población civil, soy víctima de los eventos porque mi casa también fue impactada, me tocó salir corriendo por los disparos cayeron en la cama. Eso le pasa al defensor de los derechos humanos, entonces se imagina la situación al resto de la población.
Asegura que los municipios de Tibú, El Tarra, San Calixto, Teorama, Convención y Hacarí son utilizados como campos de batalla. La policía está en unos búnkeres, las balas van y vienen donde no les afecta para nada.
Región estancada
Paralizado se encuentra el municipio de Teorama donde un balón bomba permanece sin explosionar en el parque principal y moradores de sectores aledaños se trasladan a las casas de los familiares en los barrios de la periferia para prevenir una mala hora.
El mandatario, Robinson Salazar Benítez, ordenó a los subalternos el desarrollo de las tareas oficiales desde las casas, los niños de la institución educativa Emiliano Santiago Quintero retomaron la virtualidad para avanzar en los programas académicos.
El personero Luis Serafín Vega, lideró el acompañamiento junto con la Defensoría Regional del Pueblo por el respeto de los derechos fundamentales y clamó que excluyan a la población civil del conflicto armado. Coincidió en afirmar que la única herramienta es el diálogo para lograr la convivencia pacífica.
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El intercambio comercial se encuentra estancado ya que la entidad crediticia está en pleno parque.
En Hacarí hay miedo
Los moradores de Hacarí permanecieron atemorizados durante 10 días por la existencia de un bolso al parecer cargado con explosivos a la entrada de la parroquia de San Miguel Arcángel.
El sacerdote Andrey González celebraba la homilía en la casa cural, mientras personal especializado del Ejército procedió a neutralizar el paquete.
Los moradores de la zona están cansados con el ruido ensordecedor de las balas que no permite conciliar el sueño en un conflicto sin sentido, indicó el personero de esa localidad Robeiro Muñoz. En la más reciente incursión a esa población los subversivos dejaron material alusivo a la organización lo que ocasionó temor generalizado.
Los afectados abogan la presencia de los representantes de organismos internacionales de derechos humanos para verificar la situación.
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