El campeón olímpico venezolano Rubén Limardo con las manos vacías, el hundimiento de Cuba en el boxeo, su 'Buque Insignia', y el béisbol, su deporte nacional, y la descalificación del atleta colombiano Anthony Zambrano: los Juegos Panamericanos fueron escenario de dolorosos fracasos.
El ocaso de Rubén Limardo
Limardo, de 38 años, ha sido sinónimo de grandeza en la esgrima panamericana, con cuatro oros, cuatro platas y un bronce, pero en Santiago-2023 no pudo subir al podio. Fue una dolorosa despedida para él, abandonando la pista mientras lloraba desconsoladamente.
Limardo cayó eliminado en los octavos de final del torneo masculino individual de espada, arma con la que conquistó oro en los Juegos Olímpicos de Londres-2012, y culminó en el cuarto lugar junto a su hermano Francisco y Grabiel Lugo en el evento por equipos.
Siempre, en sus cinco participaciones previas en Juegos Panamericanos, había ganado medalla.
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"Como atleta ya voy sintiendo, ¿no?, lo que me va a tocar", dijo en referencia al retiro, si bien aún tiene la mira en los Juegos Olímpicos de París-2024.
Haciendo agua
Los dobles campeones olímpicos Julio César La Cruz y Arlen López dieron la cara por el boxeo de Cuba en Santiago-2023 con los oros en sus categorías, pero la mayor de las Antillas vio caer de nueve a dos su número de preseas doradas sobre el ring respecto a Lima-2019.
El mayor de los tropiezos fue el de Lázaro Álvarez, tres veces campeón panamericano, quien ni siquiera hizo podio.
De la mano de sus mujeres boxeadoras, encabezadas por Bea Ferreira, Brasil mandó sobre el ring, abriendo un boquete en el 'Buque Insignia' cubano.
El país caribeño sufrió además una nueva decepción en el béisbol, eliminado en la primera fase de un deporte que ha dominado históricamente en los Panamericanos con 12 de los 19 oros disputados, 10 consecutivos entre 1971 y 2007, año en el que ganó por última vez.