Sin haber tomado posesión todavía de su cargo, el alcalde electo de Villa del Rosario, Camilo Suárez, lleva a cuestas ya su primera demanda de nulidad electoral.
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Aunque la decisión de más de 28.000 rosarienses, el pasado 29 de octubre, fue darle su voto de confianza al también exconcejal del municipio histórico, la dura puja que se desató durante la campaña alrededor de su candidatura se trasladó ahora a los estrados judiciales.
El excandidato y principal contendor de Suárez, Yimi Orlando Reyes Soto, instauró ante el Tribunal Administrativo de Norte de Santander una demanda de nulidad electoral en contra del ganador de las pasadas elecciones, por considerar que este no solo estaba incurso en una presunta doble militancia al momento de su elección, sino que el Consejo Nacional Electoral, al parecer, le vulneró al segundo en competencia, “el derecho de audiencia y defensa”.
En un extenso expediente en el que relatan detalle a detalle las consideraciones que tienen para pedir que se anule la declaratoria de la elección de Suárez, el demandante insiste en que el entrante mandatario no podía aspirar, por varias razones.
En primer lugar, asegura que el candidato se inscribió en representación del Partido Creemos, de Fico Gutiérrez, pese a que fue elegido como concejal de Villa del Rosario para el periodo 2020-2023 por el Partido Conservador y su renuncia a esta última colectividad no fue aceptada dentro de los términos que establece la ley.
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“Lo cierto es que Camilo Suárez, a prima facie, viola el inciso 12 del artículo 107 de la Constitución Política, dado que: como concejal, en ejercicio del PCC durante el periodo 2020-20232, es sujeto activo, al presentarse a la siguiente elección como candidato por otro partido a la alcaldía del mismo municipio infringe la conducta prohibitiva; y, no renunciar ante autoridad competente y por fuera del plazo prohibido, elemento temporal de al menos doce (12) meses antes del primer día de inscripciones (sic)”, alega el excandidato.
De la misma forma, cuestiona que el alcalde electo registró el grupo significativo de ciudadanos ‘El camino es con Camilo’ para recoger firmas con las cuales respaldar su candidatura, dentro de los 12 meses siguientes a la presentación y aceptación de su renuncia al Partido Conservador y la condición de directivo que ostentaba allí.