Un mes después del ataque cometido por el Eln contra un grupo de militares en el corregimiento de Guamalito, zona rural de El Carmen, Norte de Santander, en el que murieron diez uniformados, la guerrilla y el Gobierno regresaron, ayer, a la mesa de diálogos para avanzar en un nuevo ciclo de conversaciones cuyo eje central será el cese bilateral del fuego.
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La posibilidad de llegar a un acuerdo que permita suscribir una tregua entre la Fuerza Pública y este grupo armado, que tiene una fuerte presencia en el Catatumbo y la zona de frontera, fue una de las condiciones que estableció el presidente de la República, Gustavo Petro, luego de llamar a consultas a su equipo negociador, ante la acción armada cometida por el frente de guerra nacional urbano Camilo Torres.
Por esa razón, al instalar el tercer ciclo de diálogos, esta vez en Cuba, las partes ratificaron la voluntad que existe de alcanzar un cese bilateral y el desescalamiento de la confrontación, mientras se avanza en una salida negociada a décadas de conflicto.
“La prioridad del ciclo que recién inicia será avanzar en las acciones y dinámicas humanitarias, y en la estructuración de un cese al fuego bilateral que permita mitigar los impactos de la confrontación armada en los territorios que hoy sufren los embates de la guerra”, anunciaron las delegaciones del Gobierno y el Eln en un comunicado conjunto.
El jefe negociador de la guerrilla, Pablo Beltrán, aseguró que la coincidencia histórica que representa estar dialogando con un gobierno como el de Gustavo Petro, es fundamental para acordar un alto el fuego entre los dos actores que son protagonistas de este nuevo proceso de paz.
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“Tenemos la plena disposición y le apostamos a lograr lo que nos propusimos en el ciclo de México, de llegar al cese al fuego y lograr la participación de la sociedad. Esto es una herencia de 30 años, cuando propusimos una convención nacional que desembocara en un gran acuerdo nacional”, manifestó Beltrán.
El comandante guerrillero dijo que su equipo espera que en esta nueva ronda las dos partes “nos comprendamos, respetemos y mantengamos la voluntad política de cumplir los acuerdos y compromisos”, pues admitió que solo de esta forma será posible construir confianza, credibilidad mutua y, por ende, darle legitimidad a la mesa de conversaciones, luego de las varias crisis que ha enfrentado.
Por su parte, la senadora María José Pizarro, en representación del Gobierno colombiano, planteó que la paz que quiere el país implica salir del fuego cruzado, poder habitar con tranquilidad barrios y veredas, reconstruir la cultura y retornar a los territorios que por décadas han tenido que abandonar millones de personas.
“La mejor forma de contribuir con soluciones al conflicto armado es que terminemos este ciclo con el acuerdo para la participación de la sociedad, para la construcción de paz con el Ejército de Liberación Nacional y el acuerdo de cese al fuego que debe tener como eje fundamental que la gente no sufra”, señaló la congresista.
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La semana pasada, desde el Catatumbo le volvieron a hacer un insistente llamado al Eln para que avance en el desescalamiento del conflicto y no siga comprometiendo a la población civil en la disputa que libra en el territorio.
“Exigimos que como muestra de voluntad y compromiso se adelanten alivios humanitarios para sustraer a la población civil del conflicto. Ello implica el respeto a las garantías para el ejercicio del liderazgo social y el trabajo organizativo en los territorios”, plantearon desde la Mesa Humanitaria y de Construcción de Paz del Catatumbo.
Participación de la sociedad civil
A propósito del llamado que hacen las comunidades y las organizaciones sociales de regiones como el Catatumbo, el Gobierno y el Eln anunciaron que en este tercer ciclo también buscarán avances para concretar la participación de la sociedad en los diálogos.
“Ambas partes en la mesa de diálogos han considerado de suma importancia establecer los mecanismos para que la sociedad civil participe de manera directa en las conversaciones y este objetivo también será primordial para las delegaciones durante las próximas semanas”, señalaron.
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Sobre este punto en particular, Pablo Beltrán fue enfático en señalar que llegó la hora de la participación de la sociedad, “de los sectores olvidados y marginados” pues consideró que no pueden ser simples espectadores del proceso.
La novedad en la ronda que se inició ayer fue la reaparición del comandante Nicolás Rodríguez Bautista, Gabino, en la instalación de este tercer ciclo de conversaciones.
Cese por regiones
Desde España, donde se encuentra cumpliendo agenda, el presidente Gustavo Petro se refirió a la urgencia de llegar a un cese al fuego con todos los grupos armados ilegales y anticipó que como parte de su apuesta de ‘Paz total’, su Gobierno está proponiendo uno territorial y progresivo.
“Los procesos de paz siempre tienen que llegar a un cese al fuego, sin eso no tiene sentido hablar de paz. En algún momento se tiene que dejar de disparar. Tenemos unas propuestas del lado nuestro, que tienen que ver con regionalizar los ceses al fuego. Progresivamente podrían aumentar en la geografía nacional y, también, periodizarlos”, explicó brevemente el mandatario, sin entrar en más detalles de cómo se darían y en qué regiones.
El jefe de Estado solo agregó que en la medida que se construya confianza en las mesas de diálogo con los grupos armados, el cese al fuego se podría extender al territorio nacional.
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