Las delegaciones del Gobierno Nacional y la guerrilla del Eln concluyeron ayer el segundo ciclo de conversaciones, en México, con una nueva agenda de diálogos que incluye un acuerdo para avanzar en un cese al fuego y de hostilidades.
“Dimos los primeros pasos para concretar un cese al fuego bilateral, nacional y temporal que creará mejores condiciones para la movilización y participación de los colombianos en el proceso de paz, solamente la paz hace viable a nuestro país”, precisó el jefe de la delegación del Eln, Pablo Beltrán.
El marco de un eventual pacto será el Derecho Internacional Humanitario (DIH), una serie de normas que regulan los conflictos armados para proteger a la población civil.
“Esto implica acciones y dinámicas humanitarias para bajar la intensidad del conflicto, facilitar la participación de la población en este proceso de paz y generar garantías para que esto sea posible en las zonas de mayor crisis humanitaria”, señala el comunicado conjunto leído por la dirigente indígena Dayana Domicó, de la delegación gubernamental.
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El punto cinco de la agenda, en el que se incluye el acuerdo sobre el cese del fuego,señala también que el objetivo principal es llegar al fin del conflicto y erradicar la violencia política.
Los representantes del Gobierno destacaron que la manera como se abordará el alto al fuego es “novedosa”, en tanto que no supone una “precondición” para el avance del diálogo o un “elemento que se aborde al final de proceso”.
También coincidieron en que será de “carácter bilateral y nacional”, “temporal con vocación de continuidad” y “sujeto a evaluación conjunta a partir de un cese recíproco de operaciones ofensivas, manteniéndose las defensivas”.
Este eventual silenciamiento de los fusiles prevé además un mecanismo de veeduría, verificación y monitoreo, sobre el que las partes aún no ofrecieron detalles.
Acuerdo nacional
Al cierre del segundo ciclo, las partes anunciaron que la construcción de una nueva agenda de diálogos tiene un propósito fundamental y es la erradicación de la violencia para tramitar las contradicciones políticas, económicas y sociales, pactar transformaciones “democratizadoras” y avanzar hacia la reconciliación nacional.
“Como núcleo de una visión conjunta de lo que debe ser la paz, las partes de este proceso identificamos la necesidad de un gran acuerdo nacional mediante la alianza de fuerzas, movimientos y organizaciones políticas, económicas, sociales, medios de comunicación, y distintos grupos y expresiones populares que deben empujar los cambios que requiere la sociedad colombiana”, informaron los equipos negociadores.
Según comunicaron los delegados del Gobierno y el Eln, el primer punto que comenzarán a discutir a partir del próximo ciclo que se adelantará en Cuba, será la participación de la sociedad en la construcción de la paz.
Allí se acordó tratar asuntos como la definición de sujetos sociales y actores políticos, para establecer los principales problemas que aquejan a la población colombiana.
Esto será, “en función de identificar las causas de los problemas fundamentales del país y de proponer iniciativas y procesos que conduzcan a las transformaciones para la paz. Un ejercicio democrático de movilización de la sociedad en torno a la planeación, decisión e implementación eficaz de los acuerdos en las regiones y en la nación”, establece la agenda.
El segundo punto fue definido como democracia para la paz y consiste puntualmente en el diálogo con los actores que fueron convocados para buscar la consolidación de los acuerdos, la toma de decisiones e identificar cómo darle solución a los problemas que puedan surgir.
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El tercero pretende avanzar en la búsqueda de transformaciones para la paz y allí se definirán las políticas y estrategias que permitirán mejorar la vida de las poblaciones con equidad y justicia social.
El cuarto punto está dedicado a las víctimas y el reconocimiento de sus derechos y afectaciones.
“La asunción de responsabilidades que emane de la verdad de todas y todos. La memoria de la vida y luchas de todos los afectados por el conflicto. La reparación integral colectiva y/o individual. Las garantías de no repetición y no olvido. La asunción del ambiente como víctima”, indicaron las partes.
El quinto punto gira en torno al fin del conflicto y el sexto es el Plan General de Ejecución de los acuerdos, que definirá la forma en la que se ejecutarán, desarrollarán y concertarán los puntos anteriores, y así materializar y evidenciar cambios en la paz.
En el cierre de esta ronda participaron el ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, y la vicepresidenta Francia Márquez, quien le envió un mensaje al Eln: “Quiero decirle al Eln que es la primera vez que los puedo mirar a la cara, que los puedo mirar a los ojos sin miedo, para decirles que aquí está una vicepresidenta que viene de pueblos que han luchado”.
La fecha para el inicio del próximo ciclo de conversaciones todavía no se ha definido.
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