Los efectos de las fuertes precipitaciones de los últimos días ocasionan afectaciones en las arterias viales, viviendas, cultivos y animales de corral en la zona del Catatumbo.

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Los campesinos de los municipios de San Calixto, Hacarí, Teorama, Convención y El Tarra atraviesan una difícil situación por el crudo invierno y solicitan a los organismos de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres la ayuda humanitaria para evitar el descalabro económico por las deudas bancarias ya que no cuentan con seguro de cosechas.

Asimismo, solicitan a la Ministra de Agricultura Cecilia López Montaño, la implementación de verdaderas políticas para mejorar las condiciones de vida de los labriegos de la región.

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Explican que en lo corrido del mes de agosto han perdido la vida cuatro personas por las crecientes súbitas al intentar cruzar los riachuelos. Tania Torcoroma Cárdenas Salazar, funcionaria del programa de la Primera Infancia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar de Teorama; el campesino del municipio de El Tarra, Hermides Castilla Quintero y las dos hermanas deportistas Andrea y Yurley Figueroa de la vereda San Ignacio de San Calixto.
 

Plata no hay para mitigar el problema

Los alcaldes no cuentan con los recursos suficientes para solventar esos imprevistos y tocan las puertas de los organismos del orden nacional y departamental. “Lo grave del caso es que, según el análisis de modelos de predicción climática del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, las lluvias serán más intensas en los meses de septiembre y octubre”, indica el alcalde de Hacarí, Deiby Bayona Guerrero.
 
“La situación es preocupante ya que las arterias viales que comunica a los municipios de San Calixto, Hacarí y El Tarra se encuentra deteriorada, el invierno no cesa y estamos haciendo el llamado a la Unidad de Gestión del Riesgo Nacional para que fijen las miradas hacia esta región porque estamos solos”, recalcó.

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Los mandatarios han recibido el apoyo de la gobernación con un banco de maquinaria para el mantenimiento de las vías secundarias, pero las terciarias están en pésimas condiciones lo que dificulta la remisión de un paciente, la comercialización de los productos agrícolas e incluso la llegada de los niños y jóvenes a las aulas de clases.
 

Aguaceros de padre y señor nuestro 

Ante los torrenciales aguaceros el jefe de Planeación municipal de San Calixto, ingeniero Jhon Freddy Álvarez, ha iniciado una correría por el sector rural para establecer el diagnóstico y entregar la ayuda humanitaria.
 
El periplo se ha efectuado por la zona noroccidental que comprende las veredas: Puente real, San Gil, El Oriente, San Juan, Carrizal, Banderas, El Mesón, La Laguna, Salazar, Monte verde y Aguachica. Además, La Cristalina, San Antonio, Encantados, El Sinaí, La Azulita, La Fortuna, El Progreso y Playitas.
 
También se presentan dificultades en las veredas Santa Catalina, La Unión, El Caracol, La Esperanza, El Salobre y San Luis.
 
El funcionario prepara un informe que será enviado a la Consejería departamental y la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos para canalizar los recursos para atender la emergencia invernal.
 
“Ha golpeado bastante duro a las distintas comunidades en materia de infraestructura vial ya que no cuentan con las obras de arte entonces se pierde la banca y alcantarillas en los sistemas de desagües”, afirma el profesional de la ingeniería.

También se reporta el agrietamiento de paredes de algunas paredes por las fallas geológicas, cultivos afectados y mangueras averiadas lo que impide el suministro de agua hacia las parcelas.
 
“Algunos no han podido hacer los reportes debido a la falta de señal y están incomunicados desde el punto de vista terrestre, incluso en motocicletas”, agregó.
 
Asegura que desde la administración municipal se coordinan acciones para solventar la situación y con los presidentes de la Juntas de Acción Comunal se adelantan acciones para rehabilitar las vías con el retiro de los deslizamientos de tierra. 
 
Explica que la gobernación del Norte de Santander ha desembolsado la suma de 150 millones de pesos para invertirlos, pero deben esperan que amaine las lluvias para no perder el esfuerzo. De todas maneras, esos recursos se quedan cortos ante la magnitud del problema.
 
Los agricultores expresan su preocupación por el agrietamiento presentado en los terrenos de algunas fincas de esa población y reclaman la presencia de geólogos para levantar los estudios de suelos y tomar medidas.  

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A los labriegos se les entrega recomendaciones para que se abstengan de atravesar las quebradas crecidas y así evitar tragedias que lamentar.
 

Consejería departamental al tanto 

Durante las últimas semanas los municipios del Catatumbo han sido los más afectados por las contantes y continuas precipitación, las cuales han ocasionado crecientes de los diferentes afluentes como el río Catatumbo y río de Oro, inundando veredas, corregimientos y barrios de los cascos urbanos, causando daños en viviendas, pérdidas de cultivos y enseres. 

Lamentablemente en esta región, durante el mes de agosto, 4 personas han perdido la vida a causa de las inundaciones generadas por las lluvias, los municipios de El Tarra, Teorama y Hacarí se encuentran de luto. 

Los municipios más afectados hasta el momento son Convención, El Tarra, Hacarí, San Calixto, Teorama y Tibú, donde los eventos de remoción en masa, crecientes súbitas e inundaciones no cesan.
 
La Gobernación de Norte de Santander a través de la Consejería Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres mantiene activa su sala de crisis donde 24/7 reciben los informes y reportes generados por cada administración municipal respecto a las afectaciones que las lluvias están presentando en sus territorios, de tal manera que se articulen oportunamente las acciones y medidas de respuesta necesarias para cada situación, señalan a través de un comunicado.
 
El gobierno seccional ha solicitado apoyo a la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres para atender las solicitudes de estas comunidades, actualmente se está a la espera de la reapertura de la plataforma RUD para la incorporación de las nuevas familias damnificadas, incluyendo las comunidades indígenas, para poder brindar apoyo con Ayudas Humanitarias de Emergencia alimentaria y no alimentaria, esto al tiempo que se brinda apoyo y asistencia técnica a las alcaldías municipales. 

Asimismo, con los combos de maquinaria amarilla de la UNGRD se han adelantado labores en el municipio de Hacarí para habilitar el paso oportuno. Una vez la saturación de los terrenos y los niveles de las cotas de agua disminuyan lo suficiente, se espera adelantar labores de rehabilitación y mantenimiento de puntos críticos de la infraestructura vial con maquinaria amarilla. 

De igual forma, la Gobernación ha realizado una serie de giros directos como apoyo para las municipalidades en sus obras de mantenimiento preventivo, atención de puntos críticos, recuperación o rehabilitación de la infraestructura afectada por la temporada de lluvias.

Los coordinadores municipales para la gestión del riesgo de desastres continúan levantando los EDAN, sin embargo, las dificultades en las zonas han impedido su desplazamiento para totalizar la población afectada y las pérdidas sufridas. 

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La Consejería Departamental para la Gestión del Riesgo mantiene activa 24/7 su sala de crisis y sus líneas de comunicación para brindar apoyo y asistencia oportuna para todos los nortesantandereanos, ya que las lluvias continúan en el territorio se deben tener las alertas activas para minimizar los escenarios de riesgos en el departamento. 
 

Encendidas las alertas 

En lo que resta del mes de agosto, en septiembre y octubre se presentarán lluvias en Colombia, según el análisis de modelos de predicción climática del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

“En las principales ciudades y en las regiones se recomienda el monitoreo permanente que ya existe a través de los Sistemas de Alertas Tempranas. Es importante tener en cuenta también las condiciones que indique el Ideam por medio de los comunicados diarios”, señala Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

En esta segunda temporada típica de lluvias, probablemente se presenten altas precipitaciones de hasta un 50 % sobre lo normal en algunos sectores de las regiones Andina y Caribe, siendo octubre el mes más lluvioso en Colombia, por lo general.

El país ha estado bajo la influencia del Fenómeno de La Niña desde el año 2020, una situación atípica que se viene enfrentando. Por esta razón, es altamente probable que este fenómeno se mantenga e incida en la saturación de los suelos y los niveles de los ríos.

Recomendaciones

Con base en este panorama, y ante la probabilidad de que se presenten eventos como deslizamientos, avalanchas, vendavales, inundaciones, entre otros, el Minambiente y el Ideam recomiendan tener en cuenta lo siguiente: Si observa grietas o inclinaciones de viviendas, puentes, vías, entre otros, informe rápidamente a las autoridades locales.

En casa recuerde cuáles son las rutas de evacuación y establezca puntos de encuentro en caso de alguna emergencia ocasionada por las lluvias.

Asegure muy bien el techo, las tejas, y, en general, los objetos que pudieran ser arrastrados por la fuerza de vientos intensos asociados a vendavales.

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Revise el estado de los tejados y de estructuras elevadas que puedan colapsar por causa de vientos fuertes.

Haga una adecuada disposición de los residuos para evitar taponamientos en los alcantarillados.

Si vive en un primer piso, tenga presente la altura de los tomacorrientes y baje los tacos en caso de presentarse una inundación.

Evite hacer actividades deportivas en áreas abiertas en el momento de tempestades.

Estar atentos a las recomendaciones emitidas por el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo y el Sistema Nacional Ambiental (SINA); adicionalmente, es importante consultar la información emitida por la Oficina del Servicio de Pronósticos y Alertas del Ideam.

El Minambiente y el Ideam les recomiendan a los comités locales y departamentales para la gestión del riesgo de desastres, y a todas las autoridades ambientales, seguir con atención permanente los informes y avisos para prevenir situaciones riesgosas.

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