Consternación y pesar existe en los distintos estamentos de la provincia de Ocaña por el fallecimiento del profesor, locutor y presbítero laical, Alfredo Luis Vergel Solano.
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El licenciado en Filología e Idiomas de la Universidad Libre, cumpliría 80 años de edad el 25 de agosto. Según los familiares presentó afecciones cardiacas y una bronconeumonía.
El maestro de gran arraigo católico impulsó los valores artísticos de la comunidad a través del programa ‘Progreso Campesino’.
Durante 50 años convirtió la cabina de Radio Catatumbo en el escenario para promocionar la música guasca y carrilera colombiana.
Los agricultores siempre eran los protagonistas en los micrófonos de la emisora, siembre abiertos para mostrar las expresiones culturales.
Jugó un papel importante en la adquisición del medio de comunicación diocesano para la iglesia católica en Ocaña y fue el primer gerente en el año de 1973.
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Se desempeñó como secretario de Desarrollo Social durante la administración de Jesús Hernán Claro Ovallos en el año 1986 y aspiró al Senado de la República en el 2010, pero no obtuvo la votación suficiente.
Se apagó la voz del apóstol de la radio
El obispo emérito de la Diócesis de Ocaña, monseñor Jorge Enrique Lozano Zafra lo califica como un apóstol de la educación quien se dedicó a la reconstrucción del tejido social a través de los aires autóctonos.
Alfredo Vergel Solano desde muy joven expresó su vocación de servicio hacia las comunidades y en el año de 1969 se ordenó como sacerdote cumpliendo una misión pastoral en los municipios de la provincia de Ocaña, zona del Catatumbo y sur del departamento del Cesar.
Posteriormente se vinculó al magisterio y tomó la decisión de colgar los hábitos para emprender la vida laical. En el año 1988 obtuvo la dispensa de la Santa Sede y un año después contrajo matrimonio con la joven Martha Cecilia Vergel Martínez de cuya unión tuvo tres hijas, todas profesionales.
Una de las grandes pasiones era la radio y el domingo 17 de febrero de 1974 emitió el primer programa ‘Progreso campesino’ para difundir las manifestaciones artísticas de los habitantes de la región.
Cuando iba a celebrar la misa y sacramentos a las veredas de los municipios de Río de Oro y González, los campesinos le pedían permiso para tocar música carranguera y bailar. Allí descubrió el talento existente entre esa población y entonces se le ocurrió la idea de hacer un programa desde los campos.
Inicialmente, adecuó los corredores del Colegio Monseñor Pacheco, donde extendía cables y salían al aire en vivo y en directo. Eso fue en el año 1974 cuando empezaba a tomar fuerza el programa que permaneció al aire durante tantos años, agrega.
Vergel Solano igualmente combinaba esa pasión de la radio con la docencia y obtuvo la pensión luego de orientar clases de religión, ética y valores en el Instituto Técnico Industrial, Normal Superior y el Instituto Tecnológico Carlos Hernández Yaruro del corregimiento de la Ermita.
El programa incluso tuvo un paso de 4 años por TV Ocaña coordinado por Dagoberto Carrascal Villegas y de donde salieron muchos talentos como Alexis Franco, ya fallecido, Crisanto Rangel y muchos jóvenes que han estudiado música a nivel nacional.
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Se sentía orgulloso de esas agrupaciones musicales, ya que fortalecía el núcleo primario de la sociedad. “Lo importante es la integración familiar porque ahí toca el papá, la mamá, los tíos, los primos como ocurre con el niño ciego Camilo Montaguth que demuestra sus habilidades para tocar el requinto a pesar de la dificultad visual”, indicaba el maestro.
Al servicio de la gente
Vergel Solano en medio de esas celebraciones religiosas decide abrir el micrófono a los campesinos para promocionar los talentos del sector rural en los municipios que integran la provincia de Ocaña y zona del Catatumbo.
Surgió como una necesidad de impulsar los valores artísticos, morales, culturales y sociales de los habitantes del campo que casi siempre han sido relegados del progreso.
Empezó a admirar ese talento y al llegar a la gerencia de la emisora Radio Catatumbo que adquirió la Diócesis en noviembre de 1973 mediante negociación del obispo monseñor Ignacio Gómez Aristizábal, pensó en que un objetivo plausible y muy justo sería estimular este talento cultural y artístico mediante un programa radial que los animara a integrar grupos musicales en sus veredas.
Además, sería un espacio donde ellos también manifestaran sus necesidades y problemas veredales y sirviera como un puente ante las autoridades competentes para buscar solución a dicha problemática.
Inicialmente se efectuaban programas en vivo en el radio teatro de la emisora a donde iban voluntariamente cada domingo para demostrar sus habilidades mediante las interpretaciones con su música autóctona llamada carranguera o guasca.
Asegura que cuando no podían asistir, sobre todo por dificultades económicas, mandaban sus canciones grabadas con un animador comunitario y se pasaban en el programa guardando su correspondiente turno.
De allí nació la idea de los concursos, los cuales iniciaron desde ese mismo año con ocasión del mes del campesino.
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Así mismo se realizan concursos en todos los municipios de la Provincia de Ocaña y Sur del Cesar, incluyendo también algunos corregimientos y veredas.
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