En 2023, la economía colombiana experimentó una significativa desaceleración desde un elevado crecimiento en 2022, que alcanzó a ubicarse entre los mejores crecimientos de América Latina y de países emergentes.

El país pasó de crecer 7,3% en los primeros tres trimestres de 2022, a crecer apenas 1,0% en el mismo periodo de este año.

Lo anterior se ha dado en el marco de un fuerte proceso de ajuste del consumo de los hogares colombianos, como resultado del alza en las tasas de interés, un mayor nivel de endeudamiento y el aumento del costo de vida, mientras el consumo del gobierno se ha expandido en lo corrido del año.

Aun cuando la actividad productiva no se está contrayendo en términos anuales, y prevemos que en 2023 crezca 1,2% frente a 2022, resulta preocupante que la inversión nacional se contrajo 22,5% en lo corrido del año a septiembre. 

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Lo anterior ensombrece las perspectivas de crecimiento de mediano plazo y anticipa la necesidad de medidas de política pública que incentiven la inversión.

En línea con el fuerte dinamismo económico nacional de 2022, el PIB del departamento de Norte de Santander creció a una tasa de 7,4% frente a 2021, siendo los sectores productivos de comercio, alojamiento y restaurantes, minería y entretenimiento los de mayor contribución a esta expansión.

De hecho, aun cuando el resultado nacional ha sido muy positivo, en estas tres ramas de actividad el departamento ha evidenciado una expansión superior en el periodo pospandemia.

Frente a los niveles de 2019, el sector de actividades artísticas y entretenimiento se ha expandido en un 80% en Norte de Santander (vs. 65% nacional); la gran rama de comercio un 21% (vs. 17%) y la minería ha crecido 2% (-14%).

Pese a que aún no conocemos las estadísticas de PIB de la región para 2023, es posible aproximarnos al desempeño del año desde el análisis de datos de mayor frecuencia, como lo son el empleo, la actividad del sector constructor, el comercio exterior y la inflación.

Concentración productiva

La economía de Norte de Santander tiene una alta concentración productiva, ya que cinco sectores concentran el 73% de la actividad económica. Estos sectores son la administración pública, salud y defensa (participación 26%), la gran rama de comercio (21%), actividades inmobiliarias (10%), agricultura (9%) y construcción (8%).

Es precisamente el sector comercio, alojamiento y restaurantes y transporte el que, junto con industria, ya evidencia una contracción en el transcurso de 2023, que prevemos cerrará el año en -1,9% frente a 2022, como resultado del menor consumo de hogares, sobre todo de bienes durables y semidurables, como lo son los vehículos y motos, electrodomésticos, artículos del hogar, entre otros. 

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En contraste, las ramas productivas de administración pública y actividades inmobiliarias han mantenido una tasa de expansión en 2023 de, al menos, el doble de lo que se ha observado para el total del valor agregado nacional.

El sector de construcción ha enfrentado un escenario desafiante en 2023, que se ha replicado con mayor crudeza en el departamento de Norte de Santander, en donde todos los indicadores del mercado de vivienda se han deteriorado con mayor velocidad y profundidad.

Con corte a octubre de 2023, las ventas e iniciaciones de vivienda reflejan retrocesos cercanos al 60%, lo que ha derivado en una mayor reticencia de los constructores por lanzar nuevos proyectos.

En efecto, los lanzamientos han retrocedido 87%, a un nivel mínimo no visto desde 2010. Además, un mayor número de proyectos han quedado paralizados en Cúcuta frente al agregado a nivel nacional.

Mercado laboral

En materia de empleo, en donde se han obtenido grandes avances a nivel nacional después de la pandemia, la ciudad de Cúcuta mantiene retos importantes. Las últimas cifras disponibles muestran que la tasa de desempleo de la ciudad es la quinta más alta a nivel nacional (12,8%), ubicándose por encima del 9,2% del país.

Aunque se obtuvo mejoras en el nivel de empleo frente a 2021, momento en el cual la tasa de desempleo se aproximaba al 16%, se observa una estabilización en el último año y medio cerca del 13%, niveles que siguen siendo elevados.

De hecho, mientras la tasa de desempleo en el último año aumentó levemente en la ciudad de Cúcuta, ciudades como Ibagué, Riohacha, Valledupar y Santa Marta redujeron en promedio 4,4 puntos porcentuales frente a 2022 en este indicador. 

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Otro desafío para la ciudad es la informalidad laboral. El número de trabajadores por cuenta propia en Cúcuta tiene una participación del doble del total nacional y la ciudad mantiene la quinta tasa de informalidad más alta del país.

Sin embargo, en este frente tenemos noticias positivas, ya que es la ciudad con la segunda mayor reducción en su tasa de informalidad en el último año.

Recordemos que una mayor formalidad se traduce en mejores condiciones laborales, bienestar y productividad.

Comercio exterior

La segunda buena noticia proviene del comportamiento de las exportaciones del departamento. Mientras en el país las exportaciones han crecido 43% en el periodo enero-septiembre 2023 frente a 2019, en Norte de Santander se expandieron 154% y, aunque en el total se han contraído 12% frente a 2022, en el departamento han seguido creciendo a una tasa de 4% este año.

Por último, y una de las grandes preocupaciones de 2022 y 2023, el nivel de precios ha tenido en la ciudad de Cúcuta una mayor corrección a la baja que inclusive el dato nacional.

Esto es positivo y esperamos que pueda continuar en esta senda, ya que en las estadísticas de noviembre aún la ciudad mantiene el cuarto dato de inflación más alto dentro de las 23 principales ciudades del país. 

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Prevemos que 2024 será una prueba de resistencia para la economía colombiana, en la cual continuará este proceso de ajuste macroeconómico, y la región nortesantandereana no estará exenta.

El crecimiento de 2024 será muy similar al de 2023. Ante ello, será muy importante que la región pueda capitalizar las ganancias sectoriales y de formalidad pospandemia y las oportunidades económicas derivadas de una mayor materialización de la reapertura del comercio bilateral con Venezuela.

*Redacción por María Camila Orbegozo Daza, Directora de Análisis Sectorial y Sostenibilidad de Corficolombiana 

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