En 2013, se suscribió un convenio entre el Fondo Nacional de Vivienda (Fonvivienda) y la Alcaldía de Chitagá para la construcción de un proyecto de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) para 140 familias vulnerables y al que bautizaron Villa Lina.
La Opinión viajó hasta el pueblo y comprobó que sigue la misma escena de hace casi 11 años: 4 torres medio construidas, de las 7 que se debían levantar, y una tuvo un avance del 80%. El lugar permanece resguardado por la empresa de seguridad contratada por Fiduciaria Bogotá S.A., vocera del fideicomiso Programa de Vivienda Gratuita y responsable de la obra.
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La secretaria de Planeación e Infraestructura, Yaury Daniela Jaimes Villamizar, informó que el consorcio Viviendas Chitagá, el cual tenía la tarea de edificar la urbanización, estuvo conformado por tres contratistas: José Luis Chaustre Álvarez, Pedro León Solano Carpio, representante legal de Socar Ingeniería Ltda.; y Freddy Alfonso Márquez Gutiérrez, representante legal de Vivitar Constructores Ltda.
“Desde 2013 comenzó el calvario de los chitaguenses. Esta iniciativa no solo lo trajo al municipio el entonces ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, quien puso el primer ladrillo; también la llevó a otros municipios como Silos, Labateca, Pamplonita y Ábrego, pero solo en Chitagá no se le dio feliz término y se convirtió en un elefante blanco”, señaló Jaimes.
La funcionaria municipal manifestó que en el convenio quedó suscrito que “torre terminada, torre pagada”, pero el constructor comenzó a desarrollar varios edificios simultáneamente, por lo que los recursos no le alcanzaron. Ante ello, pidió a Fiduciaria Bogotá prorrogar el contrato, para poder buscar el dinero faltante.
“Se hicieron prórrogas desde 2013 hasta 2016, cuando el contratista y la fiducia desistieron y el convenio expiró. Este año, en cabeza del alcalde Yorman Suárez, se le envió cartas a la fiducia para que se haga un estudio patológico de la obra, con el fin de que nos digan si es rentable seguir con la construcción de las torres o si se tiene que demoler alguna”, agregó la secretaria de Planeación.
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Expresó que Fiduciaria Bogotá comenzó la licitación para elegir la empresa que hará los estudios, con el fin de definir qué se puede hacer al respecto y la inversión que se requerirá, porque a la torre que estaba casi terminada se ha deteriorado; además, se desconoce cómo está la cimentación de las otras y el comportamiento del terreno.
Con el pasar de los años, inescrupulosos se metieron al lugar y robaron herramientas y materiales de construcción. También, un grupo de personas intentó invadir. Por esto, pusieron vigilancia privada.
Alcaldía quiere ejecutar otro plan
Para la urbanización Villa Lina, el municipio solo puso el terreno de 15.000 metros cuadrados. De lo demás se encargó Minvivienda. Ahora, para aprovechar parte de ese lote, se busca desenglobar 5.000 metros cuadrados, que no están en uso, para que Fonvivienda se los devuelva a la Alcaldía y se ejecute otro plan habitacional.
El mandatario Yormán Suárez recalcó que una de sus metas es recuperar todos los espacios del municipio, incluyendo ese elefante blanco, porque allí hay un terreno que puede beneficiar a muchas personas sin techo.
“Hemos logrado avanzar con la ministra de Vivienda –Catalina Velasco-, para que se termine Villa Lina y se le diga a la gente la verdad. Con esos estudios de patología vamos a saber un valor estimado actual de la obra y cuánto vale retomarla”, sostuvo Suárez.
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Desilusionados y esperanzados
Entre las beneficiarios de Villa Lina hay quienes aún conservan el papel que les dieron hace casi 11 años, en donde les informaron la torre, el piso y el número de apartamento que iban a ocupar. Algunos murieron en espera de tener esa vivienda.
“Hay 140 familias que piensan que son dueñas de un apartamento, pero el proyecto nunca avanzó hacia un 80% y, por eso, a la fecha, no se ha asignado ningún beneficiario, por eso le hemos dicho la gente la verdad. Muchos me llegan aquí con un papel de Fonvivienda con el número de apartamento, pero no dice matrícula inmobiliaria o una escritura que le certifique eso”, dijo el alcalde.
Milena Ribera recibió hace 10 años un papel que le indicó que su inmueble es el 407, en el piso 4 de la torre 7. Esta víctima de la violencia, quien trabaja en la institución educativa Nuestra Señora del Carmen para el Programa de Alimentación Escolar (PAE), expresó que ha sido “una terrible” situación la que han enfrentado, porque siente que les quitan “el sueño de tener vivienda digna”.
El fontanero Yulexi Vargas es otro de los habitantes que recibió el papel de la asignación. Su apartamento está en el piso 3 de la torre 5. “Tengo la esperanza de que el acalde nos ayude”.
Sianeth Borrero precisó que ella y su mamá, quien padece una discapacidad, fueron también seleccionadas para habitar Villa Lina. Ella tiene asignado un apartamento del piso 3 en la torre 7. “Aquí se hizo una cacerolazo, los veedores nos ayudaron a hacer gestiones ante el Gobierno, nos colaboraron en buscar una solución, pero después de tanto tiempo desistieron”.
Según los afectados, les han dicho que, en las oficinas de gubernamentales de Bogotá, ya aparecen como ocupantes del proyecto, por lo que no podrían acceder a otro beneficio de vivienda. En medio de tanta desilusión, mantienen la esperanza de que el alcalde les ayude a cumplir su sueño.
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¿Cómo nació Villa Lina?
El proyecto fue concebido como una urbanización de 7 torres de 5 pisos, cada uno con 4 apartamentos. Fue una gestión del entonces alcalde Dikson Efrey Villamizar Buitrago, quien manifestó a La Opinión que varias veces abordó a Germán Vargas Lleras, hasta que al fin atendió su petición.
“Bauticé el proyecto con el nombre Villa Lina en memoria de mi mamita, que en paz descanse, quien fue una persona muy querida y reconocida en el municipio. Esta fue mi bandera de campaña, fue licitado directamente por el Ministerio de Vivienda. No firmé ningún documento”.
Villamizar resaltó que el constructor Socar Ingeniería empezó a edificar varias torres de una vez y “se acabó la plata”; como no terminó totalmente ni solo un solo apartamento, pues, no le desembolsaron recursos. Recordó que varias veces fue al ministerio a poner la queja, pero nunca actuaron.
“Cuando el ministerio, junto con Personería Municipal, hizo la asignación de beneficiarios en el coliseo, yo no estuve allí. Mi hermana Anailse, que fue una de las seleccionadas, murió esperando. Muchos murieron con la ganas de su apartamentico. Otros proyectos que hicimos para los damnificados por las lluvias si se terminaron, porque los hicimos nosotros mismos”.
Se intentó tener alguna comunicación con el contratista Pedro León, representante legal de Socar Ingeniería, pero su secretaria informó que le avisarían. Sin embargo, a pesar las llamadas posteriores, no fue posible conocer su versión.
Desde la Alcaldía aseguraron que fue el único que se encargó de la construcción y quien invirtió, por lo tanto, él y Fiduciaria Bogotá son los que saben la millonada que se destinó al proyecto.
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