La participación de la mujer en política ha sido un ejercicio que ha cobrado fuerza en el país durante los últimos años. Cada vez son más las organizaciones que apoyan el liderazgo de candidatas que buscan el empoderamiento del género en los cargos de poder y la tan anhelada paridad.
La aprobación de la Ley 581 de 2000, conocida como Ley de Cuotas, fue un logro importante en ese sentido porque, por primera vez en Colombia, se normó la participación igualitaria de las mujeres en los más altos cargos del Estado, mediante la adopción de una cuota que exige que al menos el 30% de los puestos del poder público sean ocupados por mujeres.
En materia electoral, la reforma política de 2011 también definió que las listas presentadas por los partidos políticos para disputar curules en corporaciones públicas debían estar conformadas en un 30% por mujeres, en los casos en los que se elijan más de 5 curules.
Sin embargo, esto no es suficiente y, con los años, grupos de activistas han asumido el protagonismo para exigir espacios de participación y empoderamiento en los cargos políticos. Es así como nacen proyectos como el de ‘Paridad ya’, que pretendía exigir el 50% de presencia de mujeres en las listas a cuerpos colegiados, pero que finalmente no prosperó en el Congreso.
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Aunque la batalla por conseguir mayores y mejores espacios sigue, el género femenino continúa ganando terreno y al igual que sucedió en 2022 para las elecciones de Congreso, en las que la inscripción de mujeres en el Senado aumentó un 6% y las elegidas un 8,33%, y en la Cámara 6,5% de inscritas y 10,17% de elegidas, para las elecciones que tendrán lugar este 29 de octubre las mujeres aparecen como figuras protagónicas en las listas a cargos plurinominales, aunque no en la misma proporción para ocupar alcaldías o gobernaciones, como ocurre en Norte de Santander.
Según la Misión de Observación Electoral (MOE), para estos nuevos comicios, a nivel nacional la participación de candidatas mujeres alcanzó un 39,4%, con un total de 52.272 inscritas. Hace cuatro años esa cifra se ubicó en 37,5%, lo que representa un crecimiento del 2,1%.
Esta tendencia nacional se consolida, a pesar de las barreras que, según algunas lideresas y activistas, se siguen registrando para las garantías del derecho de las mujeres a ser elegidas, como la violencia política.
Protagonismo en Norte de Santander
En Norte de Santander, la presencia de mujeres en la contienda electoral de este año también evidencia una mejoría, en relación con la de hace cuatro años. El crecimiento fue mucho más notorio, principalmente, en la disputa por las 19 curules del Concejo de Cúcuta y las 13 de la Asamblea.
En 2019, 1.520 candidatas inscribieron sus nombres para participar por uno de los cargos de elección en disputa, frente a 2.553 hombres. En 2023 las inscritas subieron a 1.953 (40%), frente a 2.815 hombres (59%). La diferencia entre los dos periodos electorales fue de 433 aspirantes, lo que equivale a un aumento del 28,49%.
Uno de los datos que llama la atención es el protaganismo que tuvieron las mujeres en la conformación de las listas para corporaciones públicas, toda vez que este año aumentó el número de representantes de este género que fue designada como cabeza de lista.
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Por ejemplo, en el Concejo de Cúcuta, de 21 listas inscritas para estos nuevos comicios, 10 son encabezadas por mujeres. Hace cuatro años apenas cuatro mujeres ocuparon esa posición.
En la Asamblea de Norte de Santander, de 14 listas a esta corporación, en cinco de ellas una mujer ocupa el primer renglón. En las elecciones de 2019 solo una mujer logró tener el número uno de su partido. (Ver gráfico)
Para Gabriela Chacón, directora de Casa Puentera, espacio donde desarrollan el programa ‘Observatorio de Asuntos de Género en Norte de Santander’, las dinámicas electorales de este 2023 responden a las exigencias de cumplir con la paridad.
La abogada opinó que muestra de ello son las listas de los distintos partidos o movimientos políticos que, en su criterio, surgen del contexto de garantizar la participación política de esta población que poco ha llegado a espacios de elección popular.
También señaló que aunque se incrementó el número de las aspirantes a la contienda electoral, esto no implica la representación de las agendas de las mujeres y sus problemáticas reales en las políticas del territorio.
“Algunas mujeres que estaban liderando las agendas de paz y género en el departamento, cuando anunciaron sus aspiraciones a las contiendas electorales, recibieron amenazas. Eso fue bastante preocupante porque ni siquiera venían de grupos armados ilegales y se desconoce la procedencia de esas acciones. Esto las hizo renunciar a asumir la representación política en estas elecciones” comentó.
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Juliana Hernández, directora Artemisas, una organización feminista dedicada a asuntos de incidencia política en Colombia, también insistió en que la violencia política ha sido uno de los obstáculos más recurrentes para la participación de las mujeres y que esta situación ha crecido en el proceso electoral, debido al incumplimiento de los Acuerdos de Paz y como resultado del incremento del conflicto armado interno.
‘Que sean elegibles’
Jairo Oviedo, delegado de la Misión de Observación Electoral (MOE) en Norte de Santander, considera que la participación de las mujeres en la puja por los cargos plurinominales (Asamblea, concejos, corporaciones y Juntas Administradoras Locales) cumple, “de lejos”, con la cuota de género del 30% en la región. Sin embargo, cree que cabría preguntarse si los partidos políticos las están ubicando en esas posiciones realmente para ser elegidas o solo por cumplir con la Ley 581.
“No hay que olvidar que en la Asamblea, de 13 diputados solo 2 son mujeres, y que en el Concejo de Cúcuta, de 19 concejales solo una es mujer. Entonces, el hecho de que haya muchas mujeres candidatas no significa, necesariamente, que haya una vocación de los partidos para elegirlas”, opinó.
Por otro lado, sostiene que cuando una mujer encabeza una lista, esta posición no garantiza ser electa, salvo en los casos de las listas cerradas, pues aquí el elector vota por un partido y los primeros en la lista tienen esa preferencia en la posición de ser elegidos.
Oviedo cree que ubicar a mujeres encabezando listas abiertas puede ser un “saludo a la bandera” y al respecto, lo que sí le parece preocupante, como delegado de la MOE en Norte de Santander, son los cargos uninominales puesto que de 8 candidatos inscritos a la Gobernación no hay ni una sola mujer; mientras que para las alcaldías, de 235 candidatos, solo 42 son mujeres.
Finalmente, recordó que, en el caso de la Gobernación, en 31 años de existencia de la figura jurídica de elección popular de mandatarios seccionales no se ha elegido una gobernadora para el departamento. “También, si vemos el caso de las inscripciones en Ocaña para este proceso, de 16 candidatos, cero mujeres y en Cúcuta, una sola mujer de 16 que inicialmente se inscribieron”, mencionó.
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