El visto bueno de la extradición a Estados Unidos de Andrés Fernando Medina Rodríguez, alias ‘Capi’, y de Ciro Alfonso Gutiérrez Ballesteros, para quedar a disposición de las autoridades de ese país, quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia de Colombia y del presidente de la República, Iván Duque, quienes tendrán que analizar la solicitud formal que hicieron el pasado viernes.
El trámite, según se pudo conocer, podría tardarse menos de seis meses y de ser aprobada, Medina Rodríguez y Gutiérrez Ballesteros serían presentados ante la Corte para el Distrito Sur de La Florida, que expidió las órdenes de captura en su contra, por los delitos de concierto para usar un arma de destrucción masiva contra ciudadanos de EE.UU., concierto para asesinar a miembros de servicios uniformados de ese país, proporcionar apoyo material a terroristas, uso de arma de destrucción masiva e intento de asesinato de miembros de los servicios uniformados estadounidenses.
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Ante esto, al ‘Capi’ y a Ciro Alfonso solo le quedan tres opciones, una de ellas es colaborar con la justicia estadounidense para buscar un acuerdo que les permita reducir su condena; la otra es aceptar los cargos, quedándose callados, y acogerse a la pena de prisión, que podría sobrepasar los 50 años; y la última es enfrentar el juicio y demostrar que son inocentes, pero el FBI tendría abundante material probatorio en su contra, lo que les complicaría su defensa.
Lo que hicieron
Y es que estos dos hombres hacen parte del grupo de 12 personas capturadas el 17 de julio de 2021 por haber organizado y ejecutado el atentado con una camioneta bomba contra las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército, en Cúcuta.
Según las autoridades judiciales, la participación de los dos hombres fue directa y esencial para que el plan terrorista se diera. La participación de Andrés Medina Rodríguez inició con la reunión que sostuvo con los jefes de la disidencia del Frente 33 de las Farc, entre ellos Javier Alonso Veloza García, alias ‘Jhon Mechas’, para orquestar todo, haciendo la inteligencia meses antes de cometer el hecho, grabando videos y mostrando el paso a paso de cómo sería el atentado; además, reveló dónde estaban las oficinas que eran su objetivo, encontrándose una donde permanecía un grupo de militares estadounidenses que asesoran al Ejército colombiano en sus operaciones contra el narcotráfico.
El ‘Capi’ también compró, junto con su papá Joaquín Medina, la camioneta Toyota Fortuner de placas JGX180, que fue llevada a Tibú y de ahí a Venezuela para acondicionarla con explosivos, para luego traerla a Cúcuta el mismo día del atentado, el 15 de junio del año pasado.
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Entre lo que tendrían las autoridades está que Andrés Medina sabía perfectamente que un grupo de hidrocarburos de la Dirección de Carabineros de la Policía, que tiene una oficina dentro de esas instalaciones militares, contaba con un vehículo similar al que compraron y que así podían cometer el ataque sin despertar una sola sospecha.
Y para que el plan no tuviera ningún contratiempo, Medina, ese 15 de junio del año pasado, a las 12:32 p.m. entró tranquilamente a la guarnición militar en Cúcuta y luego de permanecer dos horas y 18 minutos en esas instalaciones y dejar el vehículo frente a las oficinas que eran su objetivo, sin despertar una sola sospecha, salió. Hacia las 3:02 de la tarde se da la primera explosión, dos minutos después, ocurrió la segunda.
De los 44 heridos por esa acción criminal, 36 eran ciudadanos norteamericanos que laboraban en dicha unidad militar, razón por la que se inició la asistencia judicial que desencadena en la expedición y materialización de estas dos órdenes de captura con fines de extradición.
A Andrés Medina también lo sindican de haberse reunido con ‘Jhon Mechas’ para ayudarle a montar un centro de comunicación al otro lado de la frontera venezolana con Tibú, para controlar los viajes aéreos de los cargamentos de cocaína que salen desde allá hacia Centro América, Estados Unidos y Europa.
Mientras que a Ciro Gutiérrez Ballesteros, quien trabajaba como escolta contratista de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y custodiaba al desmovilizado de las Farc Aurelio Suárez Pérez, quien sería el líder principal de esa célula que ‘Jhon Mechas’ tenía en Cúcuta, lo señalan de haber sido el encargado de reunir a su protegido con el ‘Capi’ para que se orquestara el atentado a las instalaciones militares y otros ataques, como el del helicóptero en el que se transportada el presidente Duque con una comitiva, el 25 de junio del año pasado, desde Sardinata hacia Cúcuta.
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Según las autoridades, Gutiérrez Ballesteros le habría dicho a Aurelio Suárez, quien también está preso, que con el exoficial del Ejército habría una oportunidad de fortalecer la célula urbana de la disidencia en Cúcuta, por todos los contactos que él tendría.
Una vez tuvieron listo todo el plan del atentado a la guarnición militar en Cúcuta, el 5 de junio comenzó la ejecución, con el traslado hacia Campo Dos de la camioneta que compraron un día antes.
Las autoridades, durante las audiencias concentradas contra los capturados de la presunta banda, señalaron que el ‘Capi’ y Ciro Gutiérrez fueron los que llevaron el vehículo para que le instalaran los explosivos y el mismo 15 de junio, en la madrugada, estos dos hombres se trasladaron en una moto que compraron, hacia ese corregimiento de Tibú a recogerla y traerla a Cúcuta para cometer el atentado.
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Cuando Medina Rodríguez dejó la camioneta bomba en el lugar preciso, salió de la Brigada 30 y metros más adelante Ciro Gutiérrez lo recogió en la moto de alto cilindraje que compraron para cometer ese hecho.
Todo quedó documentado por medio de los videos de seguridad y de testimonios de algunas personas, al igual que de interceptaciones telefónicas que están en manos de la Fiscalía de Colombia y de las autoridades estadounidenses.
Apoyo del FBI
Al otro día del atentado, varios investigadores especializados en terrorismo del FBI que se encuentran en Colombia se trasladaron a la capital del Norte de Santander, con un solo objetivo: apoyar en la investigación para dar con el paradero de los responsables del hecho que casi mata a 36 militares de Estados Unidos que estaban en la Brigada 30.
Y precisamente, esas pruebas que ayudaron a recopilar los hombres del FBI fueron tan fuertes, que la Corte para el Distrito Sur de La Florida pidió en extradición al ‘Capi’ y a Ciro Gutiérrez, sin embargo, las autoridades colombianas creen que otras siete personas que también participaron en este hecho también podrían ser vinculadas a este proceso penal y tendrían que ir a EE. UU. a responder por lo que hicieron.
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Extraoficialmente se conoció que las autoridades estadounidenses le prestaron todo la ayuda tecnológica y humana a la Fiscalía y la Policía de Colombia para recopilar el material probatorio contra los presuntos integrantes de esa célula urbana del Frente 33 de la disidencia de las Farc y fue así como se lograron las capturas, 32 días después del atentado contra la guarnición militar.
Además, días después de que una jueza enviara a todos los capturados al Complejo Carcelario y Penitenciario de Alta y Media Seguridad de La Picota, en Bogotá, investigadores del FBI decidieron hablar con ellos para convencerlos que colaboraran, pues podían ganarse unos beneficios estando en una cárcel de Estados Unidos.
Extraoficialmente se conoció que, supuestamente, con el primero que se entrevistaron fue con Andrés Medina, quien habría contado algunas cosas, como que en el atentado hubo varios militares involucrados.
“Lo principal que busca el exmi litar es que a su papá, Joaquín Medina, quien ayudó a comprar la camioneta en la que pusieron los explosivos y la moto en la que escaparon, no lo extraditen y lo saquen de todo este proceso, pues como lo dijo, lo usó para adquirir los dos vehículos, sin que supiera para que eran”, contó una fuente cercana a la investigación.
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Además, las autoridades colombianas y de Estados Unidos están seguras de que el excapitán es una ficha clave dentro de la investigación que le siguen a ‘Jhon Mechas’, no solo por el atentado, sino por narcotráfico y sus nexos con el cartel de Sinaloa (México).
Los agentes del FBI también habrían tomado contacto con los otros detenidos, entre ellos Ciro Gutiérrez, pero se desconoce que les habrían contado.
Por ahora solo queda esperar que la Corte Suprema de Justicia avale la solicitud de extradición y que luego el presidente la firme, para que Andrés Medina y Ciro Gutiérrez sean trasladados a una cárcel en EE. UU. y que cumplan con la cita que tienen con un juez de la Corte para el Distrito Sur de La Florida.
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