La ley del silencio sigue imperando en el barrio El Salado, donde las personas sienten temor de hablar sobre el microtráfico, las riñas entre habitantes de calle y los hechos violentos que se han presentado en los últimos meses.
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Precisamente, el homicidio de David José Subero Hernández, que ocurrió en la avenida 6 entre calles 13 y 14, a las 5:40 de la tarde del martes, volvió a traer el pánico para los vecinos del sector y recordó que allí la ley la imponen los criminales.
Y es que quienes se atreven a hablar sobre la situación de inseguridad y el expendio de drogas en ese sector de la Comuna 6, lo hacen en voz baja y en lugares solitarios, pues sienten que si los ‘duros’ los descubren, podrían pagar las consecuencias.
“Acá está difícil la situación, el martes asesinaron a un hombre y son pocas las personas que hablan, les da miedo que les hagan algo. Acá hay varias ‘ollas’ (sitios de expendio), precisamente, donde sucedió el crimen se tiene información de una casa donde venderían drogas”, indicó una fuente judicial.
El asesinato
Las autoridades recopilan información sobre el homicidio, pues los residentes de ese sector afirmaron que solo escucharon las detonaciones de los disparos y al salir vieron el cuerpo del hombre, de 31 años, tirado en el piso frente a las instalaciones de una cooperativa de agricultores.
“En el sitio hay una cámara de seguridad en la que pudo haber quedado registrado el hecho, pero no hemos podido revisar la grabación del martes para establecer cómo se dio el asesinato e identificar al responsable, hay poca información al respecto”, explicó la fuente.
Según algunas versiones, la víctima llegó a ‘la casa verde’, que es una supuesta ‘olla’ que hay a pocos metros del lugar de los hechos, permaneció varios minutos allí, luego salió y caminó unos metros hasta ser abordada por el asesino, que le disparó en tres oportunidades en la cabeza y después huyó a pie.
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“Yo estaba sentado con mi hija en la sala y escuchamos los disparos, pero creímos que era pólvora y cuando miramos hacia la bodega vimos al señor tirado en el piso y nos escondimos. Ella (la hija) de los nervios hasta trató de correr por la calle, pero la detuve”, contó un habitante del sector de cómo se vivieron los momentos del crimen.
El cuerpo quedó tendido frente a una bodega y aunque algunas se acercaron a observar a la víctima, se percataron de que no era reconocida en el sector y así alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta sobre el asesinato, por lo que minutos después llegaron uniformados para acordonar la zona.
La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargó de la inspección y el levantamiento del cadáver que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.
¿Microtráfico?
Las autoridades están avanzando en las pesquisas para establecer si el crimen se dio por líos de microtráfico, teniendo en cuenta que en este lugar funciona un expendio de drogas.
El Salado ha sido afectado históricamente por este fenómeno del microtráfico que genera disputas a sangre y fuego entre las bandas delincuenciales que se lucran a través de este negocio ilegal.
Por ahora los investigadores judiciales esperan obtener los videos de las cámaras de seguridad para seguirle la pista al homicida.
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