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Los pasaron desde Venezuela para matarlos en la vía a San Faustino
Las víctimas fueron secuestradas en Ureña (Venezuela) desde febrero.

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Jueves, 16 de Marzo de 2023

Para las personas que residen por la vía que comunica al casco urbano de Cúcuta con el corregimiento San Faustino, ya se les volvió normal que en las noches o madrugadas suenen ráfagas de disparos y cuando amanece aparezcan cadáveres sobre el pavimento, pero al preguntar qué pasó, nadie se atreve a decir algo, siempre aseguran que eso sucedió cuando dormían.


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Así sucedió ayer, cuando los cuerpos sin vida de Alexandra Jácome y de Fabián Antonio Hernández Berbesí fueron encontrados por esa vía. Las víctimas tenían disparos a quemarropa.

Inicialmente el hombre y la mujer no pudieron ser identificados por las autoridades, pues no tenían ni un solo documento. Pero las horas pasaron y los familiares de las víctimas llegaron hasta la Fiscalía a reconocerlos, pues vieron sus fotos en redes sociales.

Lo primero que los familiares les aseguraron a las autoridades es que Alexandra Jácome y Fabián Antonio estaban desaparecidos desde el 11 de febrero, cuando un grupo de personas fuertemente armadas se las llevaron a la fuerza de sus casas, ubicadas en la vecina población venezolana Pedro María Ureña.

Las primeras versiones apuntan a que Alexandra Jácome estaba en una vivienda, ubicada en el barrio Bolivariano, cuando fue abordada por unos hombres que vestían de negro y estaban armados, quienes se la llevaron a la fuerza. Aunque los seres queridos pusieron la denuncia, las autoridades venezolanas no la pudieron ubicar.

A Fabián Hernández, quien trabajaba como mototaxista, lo raptaron en el barrio Aguas Calientes, también en Ureña, cuando trabajaba en una motocicleta por los lados de una redoma.

 

El hallazgo

La Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) conoció del doble crimen hacia las 3:00 de la mañana, cuando un motorizado se acercó a una patrulla que se movilizaba por los alrededores de la Penitenciaría y señaló que en la vía San Faustino habían dos personas muertas, a pesar de que los uniformados le informaron a sus comandantes, prefirieron esperar a que saliera sol, pues esa zona es dominada por el Eln.

Hacia las 6:30 a. m., cuando la Mecuc organizó un enorme dispositivo de seguridad, varias patrullas y unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se dirigieron al barrio San Gregorio, donde quedó el cadáver de la mujer.


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Luego de hacer una revisión con un perro antiexplosivos y ver que no se trataba de una trampa, los peritos forenses se encargaron de la inspección técnica, dándose cuenta de que ella tenía dos balazos, uno en el pómulo izquierdo y otro en la parte baja de la mandíbula.

Ella vestía una blusa negra con un estampado que decía ‘yes girl’, una sudadera blanca con el logo de Nike y unos zapatos blancos, los cuales estaban mojados y llenos de barro, por lo que le hace suponer a las autoridades colombianas que ella fue pasada por el río Táchira y traída hasta ese punto, frente a un bodega para asesinarla.

Una persona aseguró que hacia las 4:00 de la mañana, cuando se asomó a la puerta, vio tirada a la víctima casi en la mitad de la vía.

Luego, a unos dos kilómetros del cadáver de Alexandra Jácome cerca de una casa de la vereda El Porvenir, estaba el cuerpo de Fabián Hernández, quien vestía de camiseta roja, yin y tenis negros con líneas blancas.

“Nosotros escuchamos a las 2:30 de la madrugada unos disparos, en ese momento  supimos que habían dejado ‘un muñeco’ (muerto) en la carretera, no volvimos a dormir ni nos asomamos a las ventanas para no involucrarnos”, indicó un habitante de ese sector.

Cuando los integrantes de la Brinho arribaron a este lugar e hicieron la inspección técnica también vieron que a él le propinaron varios disparos a quemarropa.

Las autoridades también señalaron que las víctimas tenían marcas en sus muñecas y tobillos como si hubiesen estado amarrados.

Los cuerpos, una vez fueron recogidos, los trasladaron a Medicina Legal en Cúcuta, donde los familiares podrán reclamarlos para darles el último adiós.

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