Desde su fundación a mediados del siglo pasado, Lomitas, uno de los barrios que hacen parte de Villa del Rosario, ha sido parte fundamental para el crecimiento en ese territorio del área metropolitana.

En palabras del historiador Jesús Gerardo García, Lomitas nació como una arteria de la Autopista Internacional de Villa del Rosario, como producto de una extensión urbanística hacia ese sector de la ciudad.

Según la historia, desde el año de 1975 se comenzó a poner las primeras piedras de la que a la fecha es la ‘Parroquia Santuario del Divino Niño’, cuando el padre Rigoberto Castrillón venía desde La Parada a oficiar pequeñas eucaristías en las casas más grandes de ese sitio.

Fue allí donde surgió la idea de hacer una capilla, y gracias a las colaboraciones de Luis Valenzuela, Aquilino Calixto y otros habitantes influyentes, se pudo construir este templo religioso.

No obstante, el padre Antonio Pérez Ordoñez se convirtió en párroco de la capilla, y decidió extenderla hacia los límites de la Autopista Internacional, además de construir una mejora para la casa cural.

Luego de muchos vaivenes entre la remodelación de la capilla, se adecuó tal y como se encuentra en la actualidad, lo cual es una muestra entre el apoyo de la comunidad y los diferentes padres que ha tenido este lugar.

Uno de los puntos altos de Lomitas, en palabras de su comunidad, son las instituciones educativas ubicadas en las inmediaciones del barrio, como la ‘Madre María Berenice’ o el colegio Presbítero Álvaro Suárez.

Esto, además de beneficiar la escolaridad en la zona, “impide que los niños del barrio anden en malos pasos, y tengan un mejor porvenir”, comentó Olga Suárez Corzo, residente de la zona.

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Cabe destacar que los centros educativos no solo reciben a los más de 150 jóvenes del barrio, sino también a los de otros sectores aledaños a ese sitio de Villa del Rosario, lo cual es un privilegio para ellos.

Actividades comunitarias

Se conoció que la Junta de Acción Comunal (JAC) realiza actividades que benefician a los gremios de Lomitas, la más reciente de ellas, un mercado campesino que se llevó a cabo en la calle 7 con carrera 7 del barrio, con el ánimo de incentivar el comercio local.

El centro de salud

Además, otro factor positivo es que el barrio tiene su propio puesto de salud Jorge Cristo Sahium, el cual fue inaugurado el pasado 25 de mayo, y desde ese entonces atiende las necesidades de los habitantes en ese lugar de Villa del Rosario.

Pese a que la infraestructura del lugar estaba lista hace varios meses, “no se había puesto a disposición del público por cuestiones de dotación en torno a equipamiento médico” según lo mencionado en su momento por Yésica Pérez Soledad, secretaria de Salud del municipio histórico.

Para desgracia de la comunidad, ya se volvió costumbre normalizar el hecho de tener que vivir con un mal servicio de acueducto, y ante las reiterativas quejas hacia Aqualia, tal parece que la empresa no ha hecho los esfuerzos suficientes en aras de remediar esta situación.

Son varios los derechos de petición que se han enviado solicitando una mejora en el servicio, en vista de que la comunidad se quedó sin el preciado líquido en algunas oportunidades. Se conoció que se han realizado las debidas gestiones para mejorar el acueducto metropolitano en la calle 5 del barrio, en aras de mejorar dicha problemática que afecta a las más de 600 familias que residen en Lomitas.

Viviendas en abandono

En las calles de Lomitas existen otros problemas que disminuyen la calidad de vida de sus residentes, una de ellas es el abandono y deterioro de algunas viviendas en las inmediaciones de ese sector.

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Las casas, además de contar solo con la vigilancia de los vecinos aledaños, también arrastran otros problemas, como la presencia de habitantes de la calle, consumo de drogas y contaminación ambiental.

“De día uno puede estarlas mirando, y todo bien, pero el problema es en las noches cuando todo el mundo se va a dormir y las casas quedan expuestas”, mencionó un habitante que solicitó mantener su identidad en el anonimato.

Además, en los límites del barrio, los vecinos se han visto inmersos en un problema relacionado con la contaminación ambiental; y es que lo que antes fue un canal de aguas lluvias, en la actualidad es un vertedero de plástico y residuos sólidos.

Son decenas de botellas de plástico que se pueden encontrar en dicho ‘canal’, a la par de las bolsas de residuos que, -según los vecinos de la zona-, son arrojados por las personas en condición de indigencia.

De acuerdo con lo expresado por la comunidad, ellos dejan sus residuos en las afueras de sus casas, y son los habitantes de la calle quienes arrojan el restante hacia el canal, hecho que aumenta la contaminación.

Asimismo, los olores que emanados por el canal causan malestar entre los vecinos, quienes han solicitado intervenir este escenario con el objetivo de mejorar las condiciones sanitarias en la zona.

Lo anterior, a través de jornadas de limpieza de parte de Veolia, empresa encargada del servicio de aseo, algo que no es extraño para la entidad, pues ha realizado intervenciones en otros escenarios como la cancha sintética, al lado de la Autopista Internacional.

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