Ixora es la flor característica de Norte de Santander y se distingue por su belleza, pero también por su capacidad de florecer siempre, contra todo pronóstico.
Con esta inspiración, surgió hace cuatro años la marca de moda del mismo nombre, que identifica las faldas, camisetas y pañoletas que confeccionan un grupo de mujeres firmantes de la asociación Puntadas de Paz, que funciona en un modesto taller en la vereda Caño Indio de Tibú, Norte de Santander.
Como el producto con más proyección impulsado desde la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN, Ixora fue relanzada este jueves, con el fin de promover la marca y la iniciativa de estas mujeres firmantes, además de buscar un mayor apoyo por parte de ciudadanos y empresarios.
Katerine Abella Daza, una excombatiente y firmante del acuerdo de paz, es la representante legal de esta asociación, que conforma junto a seis mujeres más, cuatro reincorporadas y dos miembros de la comunidad, que comenzaron el emprendimiento en el año 2020, a partir de unas máquinas donadas por el Consejo Británico y la ARN.
Se sumó al programa de reincorporación hace siete años y es de este pasado reciente del que prefiere hablar. Puntadas de Paz es su tema favorito, su motivo de orgullo, pues es el emprendimiento con el cual –dice- ha podido “aprender y desaprender muchas cosas”.
En ese camino de aprendizaje también ha habido “talanqueras”, afirma Abella Daza, en referencia al estigma que todavía pesa sobre los firmantes de paz.
“La sociedad todavía no nos ve como personas capaces de construir lo bueno. Hay un referente en la cabeza que está muy lejos de ser de lo que hoy somos y de lo que queremos para nuestro país, para nosotros, para el territorio”, expresó la firmante.