En aquellos años complicados perfeccionó la técnica que a los 17 le permitiría crear una prótesis de mayor precisión, con la que consiguió hacer sus primeras flexiones con los dos brazos. Ahora muestra orgulloso la quinta versión, la MK5, un brazo de aspecto robótico y largas piezas azules como dedos, que activa con un movimiento de muñón gracias a un sistema motorizado de poleas.
Acostumbrado a vivir sin un antebrazo, David no la usa en su día a día, pero sabe bien que la independencia de mucha gente depende de una prótesis que puede costar miles de euros, en caso de las de última generación.
"Desde que hice la primera prótesis me di cuenta de que tenía el poder de ayudar a otra gente, y cuando me vi en el espejo con dos brazos [gracias a la prótesis] pensé que otra gente realmente sí que la necesitaría", indica.
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Una prótesis para Beknur
En poco tiempo, el personaje de 'Hand Solo' -que había creado años atrás para su canal de YouTube, jugando con la palabra "hand" ("mano" en inglés) y Han Solo, el personaje de Star Wars-, empezó a cruzar fronteras.
Tanto, que hace unos meses Zaure Bektemissova encontró su historia en internet y decidió escribirle desde Estrasburgo (noreste de Francia), harta de negativas: a su hijo Beknur, de 8 años y nacido sin los miembros superiores, los médicos no podían hacerle una prótesis convencional, y buscaba ayuda.