Esta sugerencia de un reciente estudio indigna a los enfermos y recibió numerosas críticas científicas por la metodología empleada, poniendo de relieve las incógnitas que rodean esta enfermedad.
La COVID persistente se caracteriza por la permanencia de los síntomas de la enfermedad en un paciente infectado hace meses, incluidas las molestias más ligeras.
El estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), una de las principales revistas médicas en el mundo, afirma que estos síntomas "podrían frecuentemente estar asociados a la creencia de estar infectado" del virus.
Es decir, la COVID persistente sería una cuestión psicológica, no una secuela física del contagio.
El estudio, coordinado por Cédric Lemogne, jefe del servicio psiquiátrico del hospital Hôtel-Dieu de París, se centró en casi 27.000 personas atendidas durante meses por la sanidad pública francesa para estudiar los múltiples efectos del Covid.
De un lado, estos pacientes respondieron a cuestionarios en los que explicaban si habían estado enfermos y si todavía notaban síntomas tiempo después.
Por otro lado, para estudiar si habían estado enfermos, estas personas se sometieron a tests serológicos que permiten confirmar a posteriori si la persona ha pasado el virus.